miércoles, 21 de octubre de 2009

A corazón abierto, Javier Albisu, sj. (IX)

Resucitar con el corazón

Resucitar con el corazón es descubrir que en la tumba no acaba nuestra suerte.
Es dejar que la esperanza “un más” de vida, nos inyecte.
Es hallar al que esperamos, y moríamos por verle.
Resucitar con el corazón es sentir las manos llenas de un gozo que no miente.
Es dejar fluir la vida como un agua de vertiente.
Es repartir los cinco panes, entre un millar de gente.
Resucitar con el corazón es saberse regalado, cuando nadie así lo entiende.
Es verse perdonado, cuando no se lo merece.
Es enterarse que una herencia nos han dado, sin saber ni cómo viene.
Resucitar con el corazón es despertar como niño, lo viejo que se duerme.
Es pintar un arco iris, en cada gota, mientras llueve.
Es saber que en el amor, queda vencida toda muerte.
Resucitar con el corazón es encontrar en el bosque, ese claro donde el cielo pueda verse.
Es dar con la vida, que en un pequeño seno, empieza ya a moverse.
Es empaparse de un amor, que por los poros entra, y se nos mete.
Resucitar con el corazón es ocuparse del vivir, que entre el nacer y el morir, nos pertenece.
Es saber que lo eterno por venir, nuestra elección nos compromete.
Es tener la libertad de los que aman, a los que nada les detiene.
Resucitar con el corazón es cruzar con Cristo la puerta estrecha de su Cruz en Viernes,
sabiendo que pasado el sábado, su Vida Nueva,
el Domingo viene.

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