sábado, 17 de octubre de 2009

Familia religiosa ignaciana. (de la revista Jesuitas, nº102).-2

Diferentes pero próximos


Llamamos familia, analógicamente, a una comunidad que busca vivir y vive el espíritu de afecto y solidaridad que caracteriza, normalmente, las relaciones familiares. No, ciertamente, a una federación de grupos diferentes. Este concepto de familia anularía y diluiría la identidad propia de cada grupo o congregación, nivelando las diferencias. Cuando nos encontramos percibimos más y mejor el acento propio de los distintos grupos. Es importante que cada uno sea él mismo, para poder llamarnos y ser «nosotros». La familia ignaciana ha de ser necesariamente plural: los contornos serán imprecisos, los modos de actuar procederán del discernimiento de cada uno y se necesita que cada grupo sea y permanezca él mismo. La experiencia misionera de la Compañía de Jesús en los últimos 30 ó 40 años ha sido de una colaboración en el plano apostólico, que es donde se ha afirmado y desarrollado el sentido de lo que nos une: la espiritualidad ignaciana es esencialmente apostólica.

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