viernes, 13 de julio de 2012

El regreso del hijo pródigo. Meditaciones ante un cuadro del Rembrandt. (Henri Nowen)

..."Mirando de nuevo el retrato del regreso del hijo del hijo menor, veo ahora que hay mucho más que un simple gesto compasivo hacia un hijo caprichoso. El gran acontecimiento que veo es el final de la gran rebelión. En él se perdona la rebelión de Adán y de todos sus descendientes y se restablece la bendición original por la que Adán recibió la vida eterna. Ahora me parece que estas manos siempre han estado tendidas, incluso cuando no había hombros sobre los que apoyarlas. Dios nunca ha retirado sus manos, nunca ha negado su bendición, jamás dejó de considerar a su hijo el Amado. Pero el Padre no podía obligarle a que se quedara en casa. No podía forzar su amor. Tenía que dejarle marchar en libertad, sabiendo incluso el dolor que aquello, causaría en ambos. Fue precisamente el amor lo que impidió que retuviera a su hijo a toda costa. Fue el amor lo que le permitió dejar a su hijo que encontrara su propia vida, incluso a riesgo de perderla.

Aquí se desvela el misterio de mi vida. Soy amado en tal medida que soy libre para dejar el hogar. La bendición está allí desde el principio. La he rechazado y sigo rechazándola. Pero el Padre continúa esperándome con los brazos abiertos, preparado para recibirme y susurrarme al oído:"Tú eres mi hijo amado, en quien me complazco".

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