viernes, 20 de noviembre de 2009

El dinamismo de la gracia. José María Castillo.

En los escritos del Nuevo Testamento, la gracia es el favor, la benevolencia, el cariño de Dios. Este favor y este cariño está por encima de nuestros comportamientos. De manera que lo que salva al hombre no es su conducta, sino la gracia de Dios. Por eso el creyente no debe concentrar sus esfuerzos en la propia conducta, que le proporciona satisfacción y orgullo, sino en el amor que se abre al servicio de los demás. Esta actitud debe ser tan radical que ha de llevar al cristiano a romper con el mundo, es decir con el orden establecido, siendo un inconformista frente al sistema. De esta manera, la gracia nos hace soportar las persecuciones y sufrimientos, como afirma la primera carta de Pedro (2, 11; 5, 10). Por otra parte, la misma gracia nos lleva a la solidaridad con los débiles. Es decir, la gracia es una experiencia que crea comunidad y cuyo dinamismo es esencialmente comunitario.José María Castillo
Fuente:
 http://www.mercaba.org/Fichas/GRACIA/631-10.htm

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