jueves, 14 de septiembre de 2017

El amor de Dios conmigo
“La cruz es un símbolo de humanización: nunca estuvo tan cerca Jesús de nosotros como cuando compartió en su humanidad nuestro abandono, nuestro sufrimiento y nuestra muerte. La cruz, en cuanto símbolo misionero, más que invitar al ser humano a volverse a Dios, le invita a mirarse a sí mismo, es su hondo misterio, pues es ahí donde Dios habita. “Conócete a ti mismo”, invitan los filósofos y los santos, como primer paso para llegar a lo Divino. Así, la cruz es el símbolo del humanismo occidental, de la imagen del ser humano en su misterio. La cruz es la figura de la auténtica humanidad, y muestra el camino de la verdadera humanización, que implica decir sí a las contradicciones que viven en nosotros. Como personas, pertenecemos tanto a la tierra como al Cielo, estamos entre la luz y la oscuridad, entre Dios y el prójimo, entre el hombre y la mujer, entre la altura y la profundidad, entre el bien y el mal. La persona es una cruz, cuyo tronco descansa en la tierra, porque ahí pertenecemos, pero apuntando al cielo, y abierta en busca de unidad. El cruce de la línea vertical con la horizontal simboliza el centro de la persona. Si estamos firmes en ese centro, no somos desgarrados por las contradicciones, y no nos perdemos en la relación con los otros. Nuestra mirada parte siempre de ese centro, que no separa, sino que une y da sentido. Sólo alcanzamos nuestra integridad cuando reunimos las contradicciones en nosotros y las soportamos. La cruz pone orden en nuestra vida, y manifiesta nuestra salvación en cuanto aceptamos nuestra propia división, soportamos los conflictos sin resolver, abriéndonos para que entre Dios y ocupe el centro”.

(Recreación de un texto de Anselm Grün)


lafelicidadseconstruye

domingo, 10 de septiembre de 2017


Oración cristiana con la creación
Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas,

que salieron de tu mano poderosa.
Son tuyas,
y están llenas de tu presencia y de tu ternura.
Alabado seas.

Hijo de Dios, Jesús,

por ti fueron creadas todas las cosas.
Te formaste en el seno materno de María,
te hiciste parte de esta tierra,
y miraste este mundo con ojos humanos.

Hoy estás vivo en cada criatura

con tu gloria de resucitado.
Alabado seas.

Espíritu Santo, que con tu luz

orientas este mundo hacia el amor del Padre
y acompañas el gemido de la creación,
tú vives también en nuestros corazones
para impulsarnos al bien.
Alabado seas.

Señor Uno y Trino,

comunidad preciosa de amor infinito,
enséñanos a contemplarte
en la belleza del universo,
donde todo nos habla de ti.
Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud
por cada ser que has creado.
Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos
con todo lo que existe.

Dios de amor,

muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra,
porque ninguno de ellos está olvidado ante ti.
Ilumina a los dueños del poder y del dinero
para que se guarden del pecado de la indiferencia,
amen el bien común, promuevan a los débiles,
y cuiden este mundo que habitamos.

Los pobres y la tierra están clamando:

Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz,
para proteger toda vida,
para preparar un futuro mejor,
para que venga tu Reino
de justicia, de paz, de amor y de hermosura.
Alabado seas.
Amén.



jueves, 7 de septiembre de 2017

La religión no es sólo, ni principalmente, el culto; es, para empezar, amicitia, porque religión quiere decir vínculo; los vínculos de la amistad. Esos vínculos que crean la paz y que también liberan. El mundo tiene mucha necesidad de ello y no de mucho más”.Thomas Merton