M. y L. Federico Carranza
Anhela mi alma contemplarte, Señor;
mi más grande anhelo es poder admirar.
Para mi esto es el cielo: en tu presencia estar,
y por todos los siglos poder adorar.
¿Cuándo iré a contemplar, tu rostro Señor?
¿Cuándo iré a contemplar, tu rostro Señor?
Solo una cosa te pido Señor,
en tu casa, en tus atrios, algún día habitar;
y cuidar de tu templo, tu templo real,
contemplando tu rostro por la eternidad;
// y poderme sentar a tu mesa, Señor. //
Tu Señor mi tesoro y mi amor eres Tú,
mi porción la mejor, mi porción eres Tú;
el amor de mi vida, mi camino y mi luz,
concédeme un día el poder ver tu luz;
// contemplarte a los ojos con todo mi amor. //