martes, 31 de diciembre de 2013
lunes, 23 de diciembre de 2013
la belleza...
“La belleza es la
apreciación, la sensibilidad a las cosas que a uno lo rodean: la naturaleza, la
gente, las ideas.”
Jiddu Krishnamurti
domingo, 22 de diciembre de 2013
viernes, 20 de diciembre de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“Nacimiento.
Luces más que ordinarias, y de ellas grandísima suavidad y alegría espiritual y propósitos muy firmes de imitar cuanto pueda lo que en las tres divinas Personas he aprendido. Despreciando con toda mi alma todo lo que huela a mundo, y trabajando con toda ella por infundirme bien en la vida sobrenatural y divina que allí se enseña, viviendo como sin vivir aquí abajo, y rumiando sin cesar las enseñanzas que yo recibo, tan conformes a lo que aquí se aprende”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1890. (2ª Semana)
martes, 26 de noviembre de 2013
evangelii gaudium
Sí al desafío de una espiritualidad misionera
78. Hoy se puede advertir en muchos agentes pastorales, incluso en personas consagradas, una preocupación exacerbada por los espacios personales de autonomía y de distensión, que lleva a vivir las tareas como un mero apéndice de la vida, como si no fueran parte de la propia identidad. Al mismo tiempo, la vida espiritual se confunde con algunos momentos religiosos que brindan cierto alivio pero que no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la pasión evangelizadora. Así, pueden advertirse en muchos agentes evangelizadores, aunque oren, una acentuación del individualismo, una crisis de identidad y una caída del fervor. Son tres males que se alimentan entre sí.
79. La cultura mediática y algunos ambientes intelectuales a veces transmiten una marcada desconfianza hacia el mensaje de la Iglesia, y un cierto desencanto. Como consecuencia, aunque recen, muchos agentes pastorales desarrollan una especie de complejo de inferioridad que les lleva a relativizar u ocultar su identidad cristiana y sus convicciones. Se produce entonces un círculo vicioso, porque así no son felices con lo que son y con lo que hacen, no se sienten identificados con su misión evangelizadora, y esto debilita la entrega. Terminan ahogando su alegría misionera en una especie de obsesión por ser como todos y por tener lo que poseen los demás. Así, las tareas evangelizadoras se vuelven forzadas y se dedican a ellas pocos esfuerzos y un tiempo muy limitado.
80. Se desarrolla en los agentes pastorales, más allá del estilo espiritual o la línea de pensamiento que puedan tener, un relativismo todavía más peligroso que el doctrinal. Tiene que ver con las opciones más profundas y sinceras que determinan una forma de vida. Este relativismo práctico es actuar como si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran, soñar como si los demás no existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran. Llama la atención que aun quienes aparentemente poseen sólidas convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás en la misión. ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!
78. Hoy se puede advertir en muchos agentes pastorales, incluso en personas consagradas, una preocupación exacerbada por los espacios personales de autonomía y de distensión, que lleva a vivir las tareas como un mero apéndice de la vida, como si no fueran parte de la propia identidad. Al mismo tiempo, la vida espiritual se confunde con algunos momentos religiosos que brindan cierto alivio pero que no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la pasión evangelizadora. Así, pueden advertirse en muchos agentes evangelizadores, aunque oren, una acentuación del individualismo, una crisis de identidad y una caída del fervor. Son tres males que se alimentan entre sí.
79. La cultura mediática y algunos ambientes intelectuales a veces transmiten una marcada desconfianza hacia el mensaje de la Iglesia, y un cierto desencanto. Como consecuencia, aunque recen, muchos agentes pastorales desarrollan una especie de complejo de inferioridad que les lleva a relativizar u ocultar su identidad cristiana y sus convicciones. Se produce entonces un círculo vicioso, porque así no son felices con lo que son y con lo que hacen, no se sienten identificados con su misión evangelizadora, y esto debilita la entrega. Terminan ahogando su alegría misionera en una especie de obsesión por ser como todos y por tener lo que poseen los demás. Así, las tareas evangelizadoras se vuelven forzadas y se dedican a ellas pocos esfuerzos y un tiempo muy limitado.
80. Se desarrolla en los agentes pastorales, más allá del estilo espiritual o la línea de pensamiento que puedan tener, un relativismo todavía más peligroso que el doctrinal. Tiene que ver con las opciones más profundas y sinceras que determinan una forma de vida. Este relativismo práctico es actuar como si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran, soñar como si los demás no existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran. Llama la atención que aun quienes aparentemente poseen sólidas convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás en la misión. ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!
jueves, 14 de noviembre de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“5º. De las dudas de San José y viaje a Belén. ¡Qué entereza la de la Virgen en callar, aunque veía a su santo esposo en tanta angustia, y ella se veía expuesta a ser deshonrada! Ay, Madre mía, enséñame la preciosísima virtud del abandono completo en las manos de Dios, aunque todo el mundo, demonio y carne me inciten a sincerarme. Callar y fiar siempre y no temer a nada ni a nadie”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1903. (2ª Semana)
Apuntes espirituales de santa Rafaela María
“No sólo me entregué incondicionalmente a la gloria del Sagrado Corazón de Jesús, sino que propuse y le prometí darle cuanta mayor gloria pudiera, aunque me costase la honra y la vida, con su santísima gracia. Salí muy animosa y alegre de poder hacer algo por mi Capitán Jesús, sobre todo ponerlo a la adoración de los pueblos…” Apuntes Espirituales, 10, Ejercicios 1892
Santa Catalina Labouré
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Catalina Labouré, Santa
Religiosa, 28 Noviembre
Catalina Labouré, Santa
Religiosa
Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa.
Sus padres tuvieron diecisiete hijos de los que vivieron nueve. Catalina era la séptima. Nació en Fain-les-Moutiers (Francia), el 2 de Enero del 1806. Huérfana de madre desde los nueve años, pasó la niñez entre las aves y los animales de la granja porque tuvo que hacerse cargo de las faenas de la casa junto con su hermana pequeña Tonina. Dos amas de casa, en una familia numerosa, que tenían doce y nueve años.
Ella nota el tirón de la vocación a la vida religiosa. Pero —los santos casi siempre lo tuvieron difícil— tiene que vencer engorrosas y complicadas dificultades familiares para poder realizarla. Incluso tuvo que trabajar como criada y camarera en los negocios de dos hermanos mayores suyos durante algunas temporadas. Lo
Catalina Labouré, Santa
que pasa es que, cuando Dios llama y uno persevera, las dificultades se superan.
Ingresó en las Hijas de la Caridad que fundó San Vicente de Paul. El amor a Dios le lleva a cumplir fielmente las ocupaciones habituales. Se desenvuelve en la vida sencilla y escondida de una religiosa que tiene por vocación atender a los que están limitados: asilos, hospitales, manicomios, hospicios etc., en donde hay enfermos, sufrimiento, camas, cocina, ropas ... rezos y ¡mucho amor a Dios! Hubiera empleado su vida, como tantas religiosas santas, sin que su nombre hubiera pasado a las líneas de la historia, de no habérsele aparecido la Virgen Santísima en el mes de Julio del 1830 y luego varias veces más. Aún se puede ver, en la rue du Bac, de París, el sillón de respaldo y brazos muy bajos, tapizado de velludillo rojo en donde estuvo sentada Nuestra Señora en la primera aparición. Aparte de otras cosas personales, le pide la Virgen que se grabe una medalla con su imagen en la que aparezcan unos haces de gracia que se derraman desde sus manos para bien de los hombres. Luego, esa medalla ha de difundirse por el mundo. Es el comienzo de la Medalla Milagrosa.
Después pasó su vida desempeñando trabajos escondidos y sin brillo propios de cualquier religiosa. Nadie supo hasta la muerte de esta monjita bretona — no muy letrada— el hecho de las apariciones que ella quiso guardar con el pudor propio de quien conoce la grandeza, las finuras y la personal delicadeza del amor. Sólo tuvo conocimiento puntual el P. Aladel, su confesor.
Muere el 31 de Diciembre del 1876. La canonizó el papa Pío XII.
Catalina Labouré, Santa
Religiosa, 28 Noviembre
Catalina Labouré, Santa
Religiosa
Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa.
Sus padres tuvieron diecisiete hijos de los que vivieron nueve. Catalina era la séptima. Nació en Fain-les-Moutiers (Francia), el 2 de Enero del 1806. Huérfana de madre desde los nueve años, pasó la niñez entre las aves y los animales de la granja porque tuvo que hacerse cargo de las faenas de la casa junto con su hermana pequeña Tonina. Dos amas de casa, en una familia numerosa, que tenían doce y nueve años.
Ella nota el tirón de la vocación a la vida religiosa. Pero —los santos casi siempre lo tuvieron difícil— tiene que vencer engorrosas y complicadas dificultades familiares para poder realizarla. Incluso tuvo que trabajar como criada y camarera en los negocios de dos hermanos mayores suyos durante algunas temporadas. Lo
Catalina Labouré, Santa
que pasa es que, cuando Dios llama y uno persevera, las dificultades se superan.
Ingresó en las Hijas de la Caridad que fundó San Vicente de Paul. El amor a Dios le lleva a cumplir fielmente las ocupaciones habituales. Se desenvuelve en la vida sencilla y escondida de una religiosa que tiene por vocación atender a los que están limitados: asilos, hospitales, manicomios, hospicios etc., en donde hay enfermos, sufrimiento, camas, cocina, ropas ... rezos y ¡mucho amor a Dios! Hubiera empleado su vida, como tantas religiosas santas, sin que su nombre hubiera pasado a las líneas de la historia, de no habérsele aparecido la Virgen Santísima en el mes de Julio del 1830 y luego varias veces más. Aún se puede ver, en la rue du Bac, de París, el sillón de respaldo y brazos muy bajos, tapizado de velludillo rojo en donde estuvo sentada Nuestra Señora en la primera aparición. Aparte de otras cosas personales, le pide la Virgen que se grabe una medalla con su imagen en la que aparezcan unos haces de gracia que se derraman desde sus manos para bien de los hombres. Luego, esa medalla ha de difundirse por el mundo. Es el comienzo de la Medalla Milagrosa.
Después pasó su vida desempeñando trabajos escondidos y sin brillo propios de cualquier religiosa. Nadie supo hasta la muerte de esta monjita bretona — no muy letrada— el hecho de las apariciones que ella quiso guardar con el pudor propio de quien conoce la grandeza, las finuras y la personal delicadeza del amor. Sólo tuvo conocimiento puntual el P. Aladel, su confesor.
Muere el 31 de Diciembre del 1876. La canonizó el papa Pío XII.
viernes, 1 de noviembre de 2013
trabajar sin ver los resultados...
“El hecho de que tú no pesques nada no significa que no haya peces ahí afuera.”
Tom Waits
lunes, 14 de octubre de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“Debo tener en todas mis acciones presente que estoy en este mundo como en un gran templo, y que yo, como sacerdote de él, debo ofrecerle continuo sacrificio en lo que me contrarían las criaturas, sean cuales sean, y continua alabanza en las que me satisfagan, y siempre todo a mayor gloria de Dios, que es el fin para que nos ha puesto en este mundo”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1905. (Principio y Fundamento)
martes, 8 de octubre de 2013
...darle cuanta mayor gloria pudiera...
“No sólo me entregué incondicionalmente a la gloria del Sagrado Corazón de Jesús, sino que propuse y le prometí darle cuanta mayor gloria pudiera, aunque me costase la honra y la vida, con su santísima gracia. Salí muy animosa y alegre de poder hacer algo por mi Capitán Jesús, sobre todo ponerlo a la adoración de los pueblos…” Apuntes Espirituales, 10, Ejercicios 1892
domingo, 29 de septiembre de 2013
sábado, 14 de septiembre de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“De la resurrección. Mucho ánimo y confianza. Mi Jesús pudo resucitar por su propia virtud y dejar burlados sus enemigos: ¿no puede hacer otro tanto en la tan amada? Lo hará con seguridad. Entre tanto, sufrir y humillarme cuanto más mejor; es preciso que el grano muera para que después sea fecundo, y cuanto más profundo, mejor, más arraigado”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1905.
(4ª Semana)
lunes, 26 de agosto de 2013
No es chacota la vida. Nazim Hikmet
No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
como lo hace la ardilla, por ejemplo,
sin esperar ayuda ni de aquí ni de allá.
Tu más serio quehacer será vivir.
No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que, puesto contra un muro, por ejemplo,
con las manos atadas,
o en un laboratorio,
de guardapolvo blanco y con grandes anteojos,
tú morirás porque vivan los hombres,
aún aquellos hombres
cuyo rostro ni siquiera conoces.
Y morirás sabiendo, ya sin ninguna duda,
que nada es más hermoso,más cierto que la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que a los setenta años, por ejemplo,
plantarás olivares,
no para que le queden a tus hijos,
sino porque, aunque temas a la muerte,
ya no creerás en ella,
puesto que en tu balanza
la vida habrá pesado mucho más.
Nazim Hikmet (turco, 1902-1965)
La tomarás en serio,
como lo hace la ardilla, por ejemplo,
sin esperar ayuda ni de aquí ni de allá.
Tu más serio quehacer será vivir.
No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que, puesto contra un muro, por ejemplo,
con las manos atadas,
o en un laboratorio,
de guardapolvo blanco y con grandes anteojos,
tú morirás porque vivan los hombres,
aún aquellos hombres
cuyo rostro ni siquiera conoces.
Y morirás sabiendo, ya sin ninguna duda,
que nada es más hermoso,más cierto que la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que a los setenta años, por ejemplo,
plantarás olivares,
no para que le queden a tus hijos,
sino porque, aunque temas a la muerte,
ya no creerás en ella,
puesto que en tu balanza
la vida habrá pesado mucho más.
Nazim Hikmet (turco, 1902-1965)
miércoles, 14 de agosto de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“…haré por imitar a esta santísima Familia y nada será capaz de bambolearme. Cuanto más apretada, más confiada y más abandonada en Dios y muy asida a El por la oración, la que debe ser siempre mi alimento y ni por nada ni por nadie abandonarla. Y si estoy como abandonada de Dios, colgarme más de El y rendirle a pura fuerza”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1890.(2º Semana)
jueves, 8 de agosto de 2013
optimismo...
“Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente.”
Rabindranath Tagore
lunes, 5 de agosto de 2013
La belleza y la fealdad. Jalil Gibran
La belleza y la fealdad
Cierto día se encontraron a la orilla del mar la Belleza y la Fealdad. Decididas a darse un baño, se quitaron sus ropajes y se sumergieron en las aguas del mar.
Después de un rato, la Fealdad salió del agua, se vistió con la ropa de la Belleza y siguió su camino. Cuando salió la Belleza, no pudiendo encontrar sus ropajes y siendo muy tímida para caminar desnuda, se vistió con los de la Fealdad y continuó también su camino.
Desde aquel momento los seres humanos las confunden y mezclan una con otra. Sin embargo, hay personas que han contemplado la cara de la Belleza y la reconocen sin importarles los ropajes que lleven puestos. Y hay quienes reconocen la cara de la Fealdad sin dejarse engañar por los ropajes que lleve.
Gibran Jalil Gibran.
Cierto día se encontraron a la orilla del mar la Belleza y la Fealdad. Decididas a darse un baño, se quitaron sus ropajes y se sumergieron en las aguas del mar.
Después de un rato, la Fealdad salió del agua, se vistió con la ropa de la Belleza y siguió su camino. Cuando salió la Belleza, no pudiendo encontrar sus ropajes y siendo muy tímida para caminar desnuda, se vistió con los de la Fealdad y continuó también su camino.
Desde aquel momento los seres humanos las confunden y mezclan una con otra. Sin embargo, hay personas que han contemplado la cara de la Belleza y la reconocen sin importarles los ropajes que lleven puestos. Y hay quienes reconocen la cara de la Fealdad sin dejarse engañar por los ropajes que lleve.
Gibran Jalil Gibran.
domingo, 14 de julio de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“De la huida a Egipto. Recogida y con mucho fervor, pero tuve miedo, puesto por el enemigo, y me enfrié; pero después volví a recogerme e hice por injerirme bien en la confianza tan grande y extrema que debo tener a imitación de María y José en esta huída…”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1890. (2ª Semana).
sábado, 13 de julio de 2013
Caminar sobre las aguas. Benjamín González Buelta sj
página 57.
"...Después de cada punto de la contemplación, Ignacio nos invita a "reflectir" para sacar algún provecho(EE 106). Esa palabra tiene un doble significado: reflexionar, constatar, darse cuenta y, al mismo tiempo, reflejar en nosotros al contemplado. La repetición de las contemplaciones se hace "notando siempre algunas partes más principales donde haya sentido la persona algún conocimiento, consolación o desolación" (EE 118)
"...Después de cada punto de la contemplación, Ignacio nos invita a "reflectir" para sacar algún provecho(EE 106). Esa palabra tiene un doble significado: reflexionar, constatar, darse cuenta y, al mismo tiempo, reflejar en nosotros al contemplado. La repetición de las contemplaciones se hace "notando siempre algunas partes más principales donde haya sentido la persona algún conocimiento, consolación o desolación" (EE 118)
miércoles, 10 de julio de 2013
sábado, 6 de julio de 2013
CARTA ENCÍCLICA LUMEN FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE FRANCISCO.-introducción y capítulo 1
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© Copyright - Libreria Editrice Vaticana
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viernes, 14 de junio de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“4ª. De las tentaciones.
Tuve entrada pronto, pero después regular de luces, y apliqué las tres tentaciones de Cristo a ciertas circunstancias mías, especialmente cuando se quieren regir las cosas divinas por la prudencia humana; y yo lo que debo hacer en estos casos es callar y obrar como yo entiendo que se me ha aprobado ser voluntad de Dios, y nunca titubear”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1890. (2ª Semana)
miércoles, 22 de mayo de 2013
martes, 14 de mayo de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“Vida oculta. ¡Aquí está para mí la mina de méritos! Las tres personas más grandes, más santas y más sabias del mundo como pasando inútilmente la vida. Jesús, sobre todos, y por treinta años, callar y casi no hacer nada en la obra que su Eterno Padre le había confiado de la salvación e instrucción de todo el mundo”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1897. (2ª Semana)
jueves, 2 de mayo de 2013
la no violencia
"Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia".
Gandhi
buscar a Dios...
“Dentro de mí hay un pozo muy profundo. Y ahí dentro está Dios. A veces me es accesible. Pero a menudo hay piedras y escombros taponando ese pozo y entonces Dios está enterrado. Hay que desenterrarlo de nuevo. Me imagino que hay gente que reza con los ojos dirigidos hacia arriba. Ellos buscan a Dios fuera de sí mismos. También hay otras personas que agachan la cabeza profundamente y que la esconden entre sus manos; creo que esa gente busca a Dios dentro de sí misma” (Etty Hillesum 26 de agosto de 1941)
lunes, 29 de abril de 2013
martes, 16 de abril de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“Reino.
Grande deseo de seguir a Cristo por el camino de las penas, aunque pase por inútil y para nada a los ojos de los hombre y me desprecien y me dejen en el olvido en que estoy, el que haré, mientras no vea ser otra la voluntad de Dios, por fomentar”.
Grande deseo de seguir a Cristo por el camino de las penas, aunque pase por inútil y para nada a los ojos de los hombre y me desprecien y me dejen en el olvido en que estoy, el que haré, mientras no vea ser otra la voluntad de Dios, por fomentar”.
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1897. (2ª Semana)
domingo, 14 de abril de 2013
de los apuntes espirituales de Santa Rafaela María
“Banderas. Cuántas veces veo a mi corazón agitado como el campo de Babilonia, que me hace cometer tantas imperfecciones. ¿Qué debo hacer entonces? Imitar el campo de Jerusalén. Aprended de mí a sufrir injurias callando, a disimular lo que veo imperfecto; y si lo corrijo, con qué suavidad y mansedumbre. A tener paciencia en las contradicciones, etc. Ponme por ejemplo tuyo mi estado en el Santísimo Sacramento. Todo lo sufro de ti, ¿y qué hago? Callo, o te doy bien por mal.”
Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1897. (2ª Semana)
domingo, 31 de marzo de 2013
domingo, 24 de marzo de 2013
DOMINGO DE RAMOS
VATICANO, 24 Mar. 13 / 11:05 am (ACI).- 1. Jesús entra en Jerusalén. La muchedumbre de los discípulos lo acompañan festivamente, se extienden los mantos ante él, se habla de los prodigios que ha hecho, se eleva un grito de alabanza: «¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto» (Lc 19,38).
Gentío, fiesta, alabanza, bendición, paz. Se respira un clima de alegría. Jesús ha despertado en el corazón tantas esperanzas, sobre todo entre la gente humilde, simple, pobre, olvidada, esa que no cuenta a los ojos del mundo.
Él ha sabido comprender las miserias humanas, ha mostrado el rostro de misericordia de Dios y se ha inclinado para curar el cuerpo y el alma.
Este es Jesús. Este es su corazón atento a todos nosotros, que ve nuestras debilidades, nuestros pecados. El amor de Jesús es grande. Y, así, entra en Jerusalén con este amor, y nos mira a todos nosotros.
Es una bella escena, llena de luz – la luz del amor de Jesús, de su corazón –, de alegría, de fiesta.
Al comienzo de la Misa, también nosotros la hemos repetido. Hemos agitado nuestras palmas.
También nosotros hemos acogido al Señor; también nosotros hemos expresado la alegría de acompañarlo, de saber que nos es cercano, presente en nosotros y en medio de nosotros como un amigo, como un hermano, también como rey, es decir, como faro luminoso de nuestra vida.
Jesús es Dios, pero se ha abajado a caminar con nosotros. Es nuestro amigo, nuestro hermano. El que nos ilumina en nuestro camino. Y así lo hemos acogido hoy. Y esta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría. No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.
Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros; nace del saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay tantos!
Y en este momento viene el enemigo, viene el diablo, tantas veces disfrazado de ángel, e insidiosamente nos dice su palabra. No le escuchéis. Sigamos a Jesús. Nosotros acompañamos, seguimos a Jesús, pero sobre todo sabemos que él nos acompaña y nos carga sobre sus hombros: en esto reside nuestra alegría, la esperanza que hemos de llevar en este mundo nuestro.
Y, por favor, no os dejéis robar la esperanza, no dejéis robar la esperanza. Esa que nos da Jesús.
2. Segunda palabra: ¿Por qué Jesús entra en Jerusalén? O, tal vez mejor, ¿cómo entra Jesús en Jerusalén? La multitud lo aclama como rey. Y él no se opone, no la hace callar (cf. Lc 19,39-40). Pero, ¿qué tipo de rey es Jesús?
Mirémoslo: montado en un pollino, no tiene una corte que lo sigue, no está rodeado por un ejército, símbolo de fuerza. Quien lo acoge es gente humilde, sencilla, que tiene el sentido de ver en Jesús algo más; tiene ese sentido de la fe, que dice: Éste es el Salvador.
Jesús no entra en la Ciudad Santa para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra, a quien tiene poder, a quien domina; entra para ser azotado, insultado y ultrajado, como anuncia Isaías en la Primera Lectura (cf. Is 50,6); entra para recibir una corona de espinas, una caña, un manto de púrpura: su realeza será objeto de burla; entra para subir al Calvario cargando un madero.
Y, entonces, he aquí la segunda palabra: cruz. Jesús entra en Jerusalén para morir en la cruz. Y es precisamente aquí donde resplandece su ser rey según Dios: su trono regio es el madero de la cruz. Pienso en lo que decía Benedicto XVI a los Cardenales: Vosotros sois príncipes, pero de un rey crucificado.
Ese es trono de Jesús. Jesús toma sobre sí... ¿Por qué la cruz? Porque Jesús toma sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros, y lo lava, lo lava con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios.
Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, que nadie puede llevárselo consigo, lo debe dejar.
Mi abuela nos decía a los niños: El sudario no tiene bolsillos. Amor al dinero, al poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación. Y también –cada uno lo sabe y lo conoce– nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación.
Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección. Este es el bien que Jesús nos hace a todos en el trono de la cruz. La cruz de Cristo, abrazada con amor, nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados y de hacer un poquito eso que ha hecho él aquel día de su muerte.
3. Hoy están en esta plaza tantos jóvenes: desde hace 28 años, el Domingo de Ramos es la Jornada de la Juventud. Y esta es la tercera palabra: jóvenes.
Queridos jóvenes, os he visto en la procesión cuando entrabais; os imagino haciendo fiesta en torno a Jesús, agitando ramos de olivo; os imagino mientras aclamáis su nombre y expresáis la alegría de estar con él.
Vosotros tenéis una parte importante en la celebración de la fe. Nos traéis la alegría de la fe y nos decís que tenemos que vivir la fe con un corazón joven, siempre: un corazón joven incluso a los setenta, ochenta años. Corazón joven. Con Cristo el corazón nunca envejece. Pero todos sabemos, y vosotros lo sabéis bien, que el Rey a quien seguimos y nos acompaña es un Rey muy especial: es un Rey que ama hasta la cruz y que nos enseña a servir, a amar.
Y vosotros no os avergonzáis de su cruz. Más aún, la abrazáis porque habéis comprendido que la verdadera alegría está en el don de sí mismo, en el don de sí, en salir de uno mismo, y en que él ha triunfado sobre el mal con el amor de Dios.
Lleváis la cruz peregrina a través de todos los continentes, por las vías del mundo. La lleváis respondiendo a la invitación de Jesús: «Id y haced discípulos de todos los pueblos» (Mt 28,19), que es el tema de la Jornada Mundial de la Juventud de este año. La lleváis para decir a todos que, en la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad, que separa a los hombres y a los pueblos, y ha traído la reconciliación y la paz.
Queridos amigos, también yo me pongo en camino con vosotros, desde hoy, sobre las huellas del beato Juan Pablo II y Benedicto XVI. Ahora estamos ya cerca de la próxima etapa de esta gran peregrinación de la cruz de Cristo. Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro.
Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil. Preparaos bien, sobre todo espiritualmente en vuestras comunidades, para que este encuentro sea un signo de fe para el mundo entero.
Los jóvenes deben decir al mundo: Es bueno seguir a Jesús; es bueno ir con Jesús; es bueno el mensaje de Jesús; es bueno salir de uno mismo, a las periferias del mundo y de la existencia, para llevar a Jesús. Tres palabras: alegría, cruz, jóvenes.
Pidamos la intercesión de la Virgen María. Ella nos enseña el gozo del encuentro con Cristo, el amor con el que debemos mirarlo al pie de la cruz, el entusiasmo del corazón joven con el que hemos de seguirlo en esta Semana Santa y durante toda nuestra vida. Que así sea.
Gentío, fiesta, alabanza, bendición, paz. Se respira un clima de alegría. Jesús ha despertado en el corazón tantas esperanzas, sobre todo entre la gente humilde, simple, pobre, olvidada, esa que no cuenta a los ojos del mundo.
Él ha sabido comprender las miserias humanas, ha mostrado el rostro de misericordia de Dios y se ha inclinado para curar el cuerpo y el alma.
Este es Jesús. Este es su corazón atento a todos nosotros, que ve nuestras debilidades, nuestros pecados. El amor de Jesús es grande. Y, así, entra en Jerusalén con este amor, y nos mira a todos nosotros.
Es una bella escena, llena de luz – la luz del amor de Jesús, de su corazón –, de alegría, de fiesta.
Al comienzo de la Misa, también nosotros la hemos repetido. Hemos agitado nuestras palmas.
También nosotros hemos acogido al Señor; también nosotros hemos expresado la alegría de acompañarlo, de saber que nos es cercano, presente en nosotros y en medio de nosotros como un amigo, como un hermano, también como rey, es decir, como faro luminoso de nuestra vida.
Jesús es Dios, pero se ha abajado a caminar con nosotros. Es nuestro amigo, nuestro hermano. El que nos ilumina en nuestro camino. Y así lo hemos acogido hoy. Y esta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría. No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.
Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros; nace del saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay tantos!
Y en este momento viene el enemigo, viene el diablo, tantas veces disfrazado de ángel, e insidiosamente nos dice su palabra. No le escuchéis. Sigamos a Jesús. Nosotros acompañamos, seguimos a Jesús, pero sobre todo sabemos que él nos acompaña y nos carga sobre sus hombros: en esto reside nuestra alegría, la esperanza que hemos de llevar en este mundo nuestro.
Y, por favor, no os dejéis robar la esperanza, no dejéis robar la esperanza. Esa que nos da Jesús.
2. Segunda palabra: ¿Por qué Jesús entra en Jerusalén? O, tal vez mejor, ¿cómo entra Jesús en Jerusalén? La multitud lo aclama como rey. Y él no se opone, no la hace callar (cf. Lc 19,39-40). Pero, ¿qué tipo de rey es Jesús?
Mirémoslo: montado en un pollino, no tiene una corte que lo sigue, no está rodeado por un ejército, símbolo de fuerza. Quien lo acoge es gente humilde, sencilla, que tiene el sentido de ver en Jesús algo más; tiene ese sentido de la fe, que dice: Éste es el Salvador.
Jesús no entra en la Ciudad Santa para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra, a quien tiene poder, a quien domina; entra para ser azotado, insultado y ultrajado, como anuncia Isaías en la Primera Lectura (cf. Is 50,6); entra para recibir una corona de espinas, una caña, un manto de púrpura: su realeza será objeto de burla; entra para subir al Calvario cargando un madero.
Y, entonces, he aquí la segunda palabra: cruz. Jesús entra en Jerusalén para morir en la cruz. Y es precisamente aquí donde resplandece su ser rey según Dios: su trono regio es el madero de la cruz. Pienso en lo que decía Benedicto XVI a los Cardenales: Vosotros sois príncipes, pero de un rey crucificado.
Ese es trono de Jesús. Jesús toma sobre sí... ¿Por qué la cruz? Porque Jesús toma sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros, y lo lava, lo lava con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios.
Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, que nadie puede llevárselo consigo, lo debe dejar.
Mi abuela nos decía a los niños: El sudario no tiene bolsillos. Amor al dinero, al poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación. Y también –cada uno lo sabe y lo conoce– nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación.
Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección. Este es el bien que Jesús nos hace a todos en el trono de la cruz. La cruz de Cristo, abrazada con amor, nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados y de hacer un poquito eso que ha hecho él aquel día de su muerte.
3. Hoy están en esta plaza tantos jóvenes: desde hace 28 años, el Domingo de Ramos es la Jornada de la Juventud. Y esta es la tercera palabra: jóvenes.
Queridos jóvenes, os he visto en la procesión cuando entrabais; os imagino haciendo fiesta en torno a Jesús, agitando ramos de olivo; os imagino mientras aclamáis su nombre y expresáis la alegría de estar con él.
Vosotros tenéis una parte importante en la celebración de la fe. Nos traéis la alegría de la fe y nos decís que tenemos que vivir la fe con un corazón joven, siempre: un corazón joven incluso a los setenta, ochenta años. Corazón joven. Con Cristo el corazón nunca envejece. Pero todos sabemos, y vosotros lo sabéis bien, que el Rey a quien seguimos y nos acompaña es un Rey muy especial: es un Rey que ama hasta la cruz y que nos enseña a servir, a amar.
Y vosotros no os avergonzáis de su cruz. Más aún, la abrazáis porque habéis comprendido que la verdadera alegría está en el don de sí mismo, en el don de sí, en salir de uno mismo, y en que él ha triunfado sobre el mal con el amor de Dios.
Lleváis la cruz peregrina a través de todos los continentes, por las vías del mundo. La lleváis respondiendo a la invitación de Jesús: «Id y haced discípulos de todos los pueblos» (Mt 28,19), que es el tema de la Jornada Mundial de la Juventud de este año. La lleváis para decir a todos que, en la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad, que separa a los hombres y a los pueblos, y ha traído la reconciliación y la paz.
Queridos amigos, también yo me pongo en camino con vosotros, desde hoy, sobre las huellas del beato Juan Pablo II y Benedicto XVI. Ahora estamos ya cerca de la próxima etapa de esta gran peregrinación de la cruz de Cristo. Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro.
Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil. Preparaos bien, sobre todo espiritualmente en vuestras comunidades, para que este encuentro sea un signo de fe para el mundo entero.
Los jóvenes deben decir al mundo: Es bueno seguir a Jesús; es bueno ir con Jesús; es bueno el mensaje de Jesús; es bueno salir de uno mismo, a las periferias del mundo y de la existencia, para llevar a Jesús. Tres palabras: alegría, cruz, jóvenes.
Pidamos la intercesión de la Virgen María. Ella nos enseña el gozo del encuentro con Cristo, el amor con el que debemos mirarlo al pie de la cruz, el entusiasmo del corazón joven con el que hemos de seguirlo en esta Semana Santa y durante toda nuestra vida. Que así sea.
martes, 19 de marzo de 2013
viernes, 15 de marzo de 2013
EUCARISTÍA
Una historia sobre el verdadero valor y celo que debemos tener por la Eucaristía
Unos meses antes de su muerte el Obispo Fulton J. Sheen fue entrevistado por la televisión nacional: "Obispo Sheen, usted inspiró a millones de personas en todo el mundo. ¿Quien lo inspiró a usted? ¿Fue acaso un Papa?".
El Obispo Sheen respondió que su mayor inspiración no fue un Papa, ni un Cardenal, u otro obispo, y ni siquiera fue un sacerdote o monja. Fue una niña china de once años de edad.
Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China, encarcelaron a un sacerdote en su propia rectoría cerca de la Iglesia. El sacerdote observó aterrado desde su ventana como los comunistas penetraron en el templo y se dirigieron al santuario. Llenos de odio profanaron el tabernáculo, tomaron el copón y lo tiraron al piso, esparciendo las hostias consagradas. Eran tiempos de persecución y el sacerdote sabía exactamente cuantas hostias contenía el copón: treinta y dos.
Cuando los comunistas se retiraron, tal vez no se dieron cuenta, o no prestaron atención a una niñita que rezaba en la parte de atrás de la iglesia, la cual vio todo lo sucedido. Esa noche la pequeña regresó y, evadiendo la guardia apostada en la rectoría, entró al templo. Allí hizo una hora santa de oración, un acto de amor para reparar el acto de odio. Después de su hora santa, entró en el santuario, se arrodilló, e inclinándose hacia delante, con su lengua recibió a Jesús en la Sagrada Comunión. (en aquel tiempo no se permitía a los laicos tocar la Eucaristía con sus manos).
La pequeña continuó regresando cada noche, haciendo su hora santa y recibiendo a Jesús Eucarístico en su lengua. En la trigésima segunda noche, después de haber consumido la última hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia. Este corrió detrás de ella, la agarró, y la golpeó hasta matarla con la culata de su rifle.
Este acto de martirio heroico fue presenciado por el sacerdote mientras, sumamente abatido, miraba desde la ventana de su cuarto convertido en celda.
Cuando el Obispo Sheen escuchó el relato, se inspiró a tal grado que prometió a Dios que haría una hora santa de oración frente a Jesús Sacramentado todos los días por el resto de su vida. Si aquella pequeña pudo dar testimonio con su vida de la real y hermosa Presencia de su Salvador en el Santísimo Sacramento, entonces el obispo se veía obligado a lo mismo. Su único deseo desde entonces sería, atraer el mundo al Corazón ardiente de Jesús en el Santísimo Sacramento.
La pequeña le enseñó al Obispo el verdadero valor y celo que se debe tener por la Eucaristía; como la fe puede sobreponerse a todo miedo y como el verdadero amor a Jesús en la Eucaristía debe trascender a la vida misma.
Lo que se esconde en la Hostia Sagrada es la gloria de Su amor. Todo lo creado es un reflejo de la realidad suprema que es Jesucristo. El sol en el cielo es tan solo un símbolo del hijo de Dios en el Santísimo Sacramento. Por eso es que muchas custodias imitan los rayos de sol. Como el sol es la fuente natural de toda energía, el Santísimo Sacramento es la fuente sobrenatural de toda gracia y amor.
Extracto de un artículo "Let the Son Shine" por el Rev. Martin Lucía
Unos meses antes de su muerte el Obispo Fulton J. Sheen fue entrevistado por la televisión nacional: "Obispo Sheen, usted inspiró a millones de personas en todo el mundo. ¿Quien lo inspiró a usted? ¿Fue acaso un Papa?".
El Obispo Sheen respondió que su mayor inspiración no fue un Papa, ni un Cardenal, u otro obispo, y ni siquiera fue un sacerdote o monja. Fue una niña china de once años de edad.
Explicó que cuando los comunistas se apoderaron de China, encarcelaron a un sacerdote en su propia rectoría cerca de la Iglesia. El sacerdote observó aterrado desde su ventana como los comunistas penetraron en el templo y se dirigieron al santuario. Llenos de odio profanaron el tabernáculo, tomaron el copón y lo tiraron al piso, esparciendo las hostias consagradas. Eran tiempos de persecución y el sacerdote sabía exactamente cuantas hostias contenía el copón: treinta y dos.
Cuando los comunistas se retiraron, tal vez no se dieron cuenta, o no prestaron atención a una niñita que rezaba en la parte de atrás de la iglesia, la cual vio todo lo sucedido. Esa noche la pequeña regresó y, evadiendo la guardia apostada en la rectoría, entró al templo. Allí hizo una hora santa de oración, un acto de amor para reparar el acto de odio. Después de su hora santa, entró en el santuario, se arrodilló, e inclinándose hacia delante, con su lengua recibió a Jesús en la Sagrada Comunión. (en aquel tiempo no se permitía a los laicos tocar la Eucaristía con sus manos).
La pequeña continuó regresando cada noche, haciendo su hora santa y recibiendo a Jesús Eucarístico en su lengua. En la trigésima segunda noche, después de haber consumido la última hostia, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia. Este corrió detrás de ella, la agarró, y la golpeó hasta matarla con la culata de su rifle.
Este acto de martirio heroico fue presenciado por el sacerdote mientras, sumamente abatido, miraba desde la ventana de su cuarto convertido en celda.
Cuando el Obispo Sheen escuchó el relato, se inspiró a tal grado que prometió a Dios que haría una hora santa de oración frente a Jesús Sacramentado todos los días por el resto de su vida. Si aquella pequeña pudo dar testimonio con su vida de la real y hermosa Presencia de su Salvador en el Santísimo Sacramento, entonces el obispo se veía obligado a lo mismo. Su único deseo desde entonces sería, atraer el mundo al Corazón ardiente de Jesús en el Santísimo Sacramento.
La pequeña le enseñó al Obispo el verdadero valor y celo que se debe tener por la Eucaristía; como la fe puede sobreponerse a todo miedo y como el verdadero amor a Jesús en la Eucaristía debe trascender a la vida misma.
Lo que se esconde en la Hostia Sagrada es la gloria de Su amor. Todo lo creado es un reflejo de la realidad suprema que es Jesucristo. El sol en el cielo es tan solo un símbolo del hijo de Dios en el Santísimo Sacramento. Por eso es que muchas custodias imitan los rayos de sol. Como el sol es la fuente natural de toda energía, el Santísimo Sacramento es la fuente sobrenatural de toda gracia y amor.
Extracto de un artículo "Let the Son Shine" por el Rev. Martin Lucía
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