..."Nos acercamos al tercer milenio: allí seréis los principales constructores de la sociedad, y los primeros e inmediatos responsables de la paz. Pero la concordia social no se improvisa ni se impone desde fuera: nace dentro de un corazón justo, libre, fraterno, pacificado en el amor. Sed, pues desde ahora, junto con todos los hombres, artífices de la paz; unid vuestros corazones y vuestros esfuerzos para edificar la paz. Sólo así, viviendo la experiencia del amor de Dios y esforzándoos por realizar la fraternidad evangélica, podréis ser los verdaderos y felices constructores de la civilización del amor"...
Vigilia, Buenos Aires 1987