sábado, 7 de noviembre de 2009

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES. ORACIÓN DE JUAN PABLO II.

Florida, Uruguay


Domingo 8 de mayo de 1988


1. ¡Feliz porque has creído, Madre del Redentor!


Ante tu imagen sagrada, oh Virgen de los Treinta y Tres,


todo el pueblo del Uruguay,


que te reconoce como Madre y Patrona,


se confía unánime a mis labios para ensalzarte:


“¡Feliz porque has creído!”,


y con inefable gratitud te aclama Maestra de su fe.


Tu mirada bondadosa acompaña los caminos de evangelización


y sostiene con amor solícito


la peregrinación de fe y de esperanza


de todo el Pueblo de Dios en esta sierra,


que en ti pone su confianza, a ti encomienda sus aspiraciones,


su futuro de paz, de progreso, de fidelidad a Cristo.


2. ¡Bendita entre las mujeres! ¡Bendito el fruto de tu seno!


Madre del Verbo de la vida, Virgen de Nazaret,


te encomiendo encarecidamente en este día


todas las familias del Uruguay.


Que sean felices afianzando más y más


el vínculo indisoluble y sagrado del matrimonio;


que sean benditas porque respetan la vida que nace,


como don que viene de Dios,


desde el mismo seno materno.


Haz que cada familia sea de veras una iglesia doméstica,


–a imagen de tu hogar de Nazaret–,


donde Dios esté presente


para hacer llevadero el yugo suave de su ley que es siempre amor,


y donde los hijos puedan crecer en sabiduría y gracia,


sin que les falte el alimento, la educación, el trabajo.


Que el amor de todos los uruguayos hacia ti,


se traduzca en respeto y promoción de la mujer,


ya que eres espejo de su vocación y dignidad,


con la Iglesia y en la sociedad.




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