domingo, 31 de mayo de 2009

Ven Espíritu Santo.

VEN ESPÍRITU DE DIOS!

MANDA TU LUZ DESDE EL CIELO

LUZ QUE PENETRA LAS ALMAS

BRISA EN LAS HORAS DE FUEGO

ENTRA HASTA EL FONDO DEL ALMA

INFUNDE CALOR DE VIDA EN EL HIELO

jueves, 28 de mayo de 2009

Eucaristía: fuente de toda vida espiritual.

"...¿Cómo produce la santa Eucaristía sus frutos en nosotros?
Cuando un alma convenientemente dispuesta recibe este sacramento, entra en contacto con el Logos, el Verbo de vida, y, por este solo hecho, se llena de vida espiritual. Cristo instituyó este sacramento precisamente para poder unirse a cada uno de nosotros como fuente de toda vida, fuerza, luz y fecundidad espiritual".
("El pan vivo". Tomas Merton. pag 177)

miércoles, 27 de mayo de 2009

El alma de Cristo en la Eucaristía

"La acción del Santísimo Sacramento sobre mi alma en el momento de la comunión es, como veremos, la acción de la energía divina y espiritual que reside en el cuerpo de Cristo. Esta energía espiritual es, primeramente, luz divina, y luego caridad perfecta. Irradia del Cuerpo de Cristo que recibimos en la comunión y penetra todo nuestro ser, transformándonos y divinizándonos con su poder. Pero la acción de esta energía espiritual que irradia el Cuerpo transfigurado y glorioso del Salvador no se ejerce sin el movimiento de la voluntad. La gracia que recibimos en el contacto con El es una gracia que El quiere que recibamos, y se derrama con una generosidad proporcionada a su amor personal por nosotros y asu íntimo conocimiento de nuestras personales necesidades. Nunca es tan cierto como aquí que las gracias que recibimos están estrictamente de acuerdo con la medida del don de Cristo. (Ef. 4, 7)
"El pan vivo". Thomas Merton (id. pág. 131).

miércoles, 20 de mayo de 2009

Cristo en el Santísimo Sacramento

"Cristo en el tabernáculo nos ve y nos conoce mucho más claramente de lo que nosotros nos vemos y conocemos a nosotros mismos. El conocimiento de nosotros que tiene el Cristo sacramental que recibimos en la comunión es un conocimiento que El ha obtenido ya de las profundidades de nuestro ser. Por eso Cristo, en el Santísimo Sacramento, no nos escruta fríamente como si fuésemos objetos, como seres alejados de El y conservando todavía ciertos rasgos enigmáticos. Nos conoce en Sí mismo como a sus "otros yos". Nos conoce subjetivamente, como si fuésemos una prolongación de su propia Persona ( y en efecto, lo somos). Este conocimiento por identidad no es sólo el conocimiento de la ciencia, sino el del amor. La psicología moderna ha acuñado el término "empatía": el conocimiento de una persona por otra desde "dentro", por una proyección simpática que vive las experiencias del conocido tal como aparecen en el cognoscente. Pero esta empatía humana es todavía una cosa remota e incierta que no puede salvar completamente el abismo entre dos espíritus separados. La "empatía" por la que somos conocidos por Cristo proviene de las profundidades de nuestro propio ser, y es tan profunda, que si queremos encontrar la verdad sobre nosotros mismos, debemos buscarla en El, en el momento de la sagrada comunión. Pues Cristo es nuestro "yo" más profundo e íntimo, nuestro más alto yo, nuestro nuevo yo como hijos de Dios. Esto es lo que significa para nosotros el decir con San Pablo: "Que para mí la vida es Cristo"(Fil 1, 21). de "El pan vivo". Thomas Merton.
págs. 128-129. Patmos. Libros de espiritualidad. (1957)

Elegir ser pobre...

...."elegir ser pobre es elegir hacer todas las partes de mi camino con Jesús. Transformarse en pobre, verdaderamente, es imposible, pero "nada es imposible para Dios" (Lc. 1, 37). Creo que el camino a la verdadera pobreza se abrirá para mí, en y a través de Jesús. Después de todo, no es mi pobreza la que tiene valor, sino sólo la pobreza de Dios, que se hace visible a través de mi vida".de "Camino a casa". Henri Nowen
pág 181. Ed. Lumen.

lunes, 18 de mayo de 2009

Fiesta de Santa Rafaela María del Sagrado Corazón

"Estoy en este mundo como en un gran templo, y yo, como sacerdote de él, he de ofrecer continuo sacrificio y continua alabanza y todo a mayor gloria de Dios". Santa Rafaela María

sábado, 16 de mayo de 2009

Madre Teresa de Calcuta y la Eucaristía

Madre Teresa y la Eucaristía

Cristo no puede engañarnos.

Por ello, nuestras vidas deben estar entrelazadas con la Eucaristía.

El Cristo que se nos ofrece bajo las apariencias de pan, y el Cristo que se oculta bajo las semblanzas doloridas del pobre es el mismo Jesús.

Por eso, nosotras no somos simples asistentes sociales.

Un cristiano, si cree que está alimentando a Cristo hambriento, que está vistiendo a Cristo desnudo, es un contemplativo desde el corazón mismo de su hogar, de su vida, del mundo mismo.

Por eso yo defino a nuestras Hermanas y Hermanos Misioneros de la Caridad como contemplativos insertos en el mismo corazón del mundo durante las veinticuatro horas del día.

¡Dar!

Ofrecer a quienes viven en nuestro entorno el amor que hemos recibido.

Dar hasta sentir daño, porque el amor auténtico hiere. Es por lo que tenemos que amar hasta sentir dolor: a través de nuestro tiempo, de nuestras manos, de nuestros corazones.

Tenemos que compartir todo lo que tenemos.

Hace tiempo, en Calcuta, teníamos dificultades para conseguir azúcar.

Un día un niño pequeño, de nada más que cuatro años, un niño indio, vino con sus padres y me trajo un tarro de azúcar.

Me dijo: "Estaré tres días sin comer azúcar. Dé esto a sus niños".

Aquel niño pequeño amaba hasta el sacrificio.

En otra ocasión, un señor vino a nuestra casa y me dijo: "Hay una familia hindú con unos ocho hijos que llevan mucho tiempo sin probar bocado".

Tomé al instante algún arroz para aquella noche y acudí con él a aquella familia.

Pude ver dibujada la imagen del hambre en aquellos pequeños rostros de niños que semejaban esqueletos humanos.

A pesar de ello, la madre tuvo el valor de dividir en dos raciones el arroz que les había llevado. Y salió.

A la vuelta le pregunté: "¿A dónde ha ido? ¿Qué ha hecho?"

Me contestó: "También ellos tienen hambre".

¿Quiénes eran ellos?

Una familia musulmana que vivía enfrente y con el mismo número de hijos.

Ella sabía que tenían hambre.

Lo que me estremeció más fue que ella sabía y, porque sabía, dio hasta el desgarro.

¡Esto es algo muy hermoso! ¡Esto es amor de hechos! Aquella mujer dio con sacrificio.

No quise llevarles más arroz aquella noche porque quise que gustasen la alegría de dar, de compartir.

¡Tendrían que haber visto ustedes los rostros de aquellos pequeñuelos!

Comprendieron apenas lo que su madre había realizado.

Sus ojos brillaban con la sonrisa.

Cuando llegué, aparecían llenos de hambre. Tristes.

Pero el gesto de su madre les había enseñado en qué consiste el verdadero amor.

¡Esto es lo más grande de los pobres!

La Eucaristía y el pobre no son más que un mismo amor.

Para ser capaces de ver, para ser capaces de amar, tenemos necesidad de una profunda unidad con Cristo, de una oración intensa.

Por eso las Hermanas empiezan su jornada con la misa, la Santa Comunión, la meditación. Y la cerramos con una hora de adoración al Santísimo.

Esta unión eucarística constituye nuestra fuerza, nuestra alegría y nuestro amor.

Hay un pequeño detalle: tenemos que unir la oración con el trabajo. Se lo tratamos de inculcar a nuestra Hermanas invitándolas a "convertir el trabajo en oración".

¿Cómo es posible convertir el trabajo en oración?

El trabajo no puede sustituir a la oración.

De la misma manera, la oración no puede sustituir al trabajo.

Sin embargo, tenemos que aprender a convertir el trabajo en oración.

¿Cómo podemos hacer esto?

Haciéndolo con Jesús, haciéndolo por Jesús, haciéndolo para Jesús.

Ésa es la forma de convertir en oración nuestro trabajo. Es posible que yo pueda seguir con toda la atención. Pero Dios tampoco exige de mí que le dedique toda la atención. En cambio, la intención sí puede ser plena.

Teresa de Calcuta (Del libro de Oraciones Selección del sacerdote misionero Carlos Ruiz de Cascos. Editado en Voz de los sin voz. Tomado de solidaridad.net)

Mística social del p.Hurtado

LA "MÍSTICA SOCIAL" DEL PADRE HURTADO

(versión abreviada)

La espiritualidad del Padre Hurtado, en cuanto expresión de la espiritualidad ignaciana, es típicamente cristiana. Lo más propio suyo es haber consistido en una "mística social".

¿No es un contrasentido hablar de "mística social"? Depende de qué se entienda por mística. La palabra mística es griega. Dice relación con el hecho de cerrar los ojos y mirar al interior; con encontrar a Dios en la intimidad del alma, para lo cual todo lo demás, incluido el prójimo, estorba. El cristianismo tomó del griego esta palabra para expresar su experiencia de Dios, pero alteró radicalmente el concepto.

Mística cristiana

Para el cristianismo, la verdadera mística poco tiene que ver con la intensidad y espectacularidad de la experiencia sobrenatural. Lo que distingue a la mística cristiana es ser participación del amor de Dios por el mundo. Dado que en el cristianismo la unión del hombre con Dios es posible en la unión de Dios con el hombre en Jesucristo, la mística cristiana reproduce en la historia el destino salvador del Hijo de Dios. Hay experiencia mística cristiana allí donde hay rechazo del mundo como pecado y amor del mundo como criatura de Dios; donde liberarse del mundo consiste en salvar el mundo.

En este sentido, la creación no es un obstáculo para la unión con Dios: es el lugar obligado de su encuentro. Por el contrario, el pecado consiste precisamente en pretender una unión con Dios al margen de la historia, huyendo de la vida, quitando el cuerpo a los problemas en vez de enfrentarlos. Por eso, nada expresa mejor la mística cristiana que la indisolubilidad del amor a Dios y al prójimo y ¡al enemigo! Conoce a Dios el que ama lo que Dios ama: la creación entera, al justo y al pecador.

Para Alberto Hurtado, el prójimo, el pobre y la transformación de una sociedad injusta, no fueron una distracción a su oración. Al revés. Su mística es social porque es cristiana. Su santidad invierte el interrogante inicial: ¿es posible una mística que no sea social? ¿Es pensable una mística auténtica que metódicamente haga oídos sordos al clamor de dolor de la inmensa mayoría de la humanidad?

Mística del P. Hurtado

Alberto Hurtado es un místico cristiano. Su intimidad con Dios es recuperable en los testimonios de lo que constituyó la voluntad de Dios para su vida: la edificación de un orden social más justo y caritativo, como expresión de amor a Cristo identificado con los pobres y liberador de los pobres. Porque el amor a Cristo en el prójimo está al centro de su vida espiritual, la lucha por cambiar las estructuras de las sociedad, que él urge una y otra vez, en ningún caso podría realizarse en perjuicio de personas concretas y de modo alguno posterga el deber de caridad inmediata con los más necesitados.

Dos aspectos son distinguibles en su "mística social": la mística del prójimo y la utopía social; dos aspectos que se exigen recíprocamente.

1. La "mística del prójimo"

Así como el P. Hurtado contempla a Dios en Cristo, contempla a Cristo en el prójimo y, en Cristo, se hace cargo de él. En otras palabras, el ser Cristo para el prójimo, el compromiso ético-activo, deriva su razón de ser del momento místico-contemplativo, del ver a Cristo en el prójimo, y es inseparable de él.

er a Cristo en el prójimo

La razón última del amor al prójimo es que "el prójimo es Cristo". Siendo novicio jesuita se propone "...servir a todos como si fueran otros Cristos"luego, como estudiante, determina fijarse en las virtudes de sus compañeros en quienes ve actuando al Sagrado Corazón. Para Alberto Hurtado Cristo vive en el prójimo, pero especialmente en el pobre:

Tanto dolor que remediar: Cristo vaga por nuestras calles en la persona de tantos pobres dolientes, enfermos, desalojados de su mísero conventillo. Cristo, acurrucado bajo los puentes en la persona de tantos niños que no tienen a quién llamar padre, que carecen ha muchos años del beso de una madre sobre su frente. Bajo los mesones de las pérgolas en que venden flores, en medio de las hojas secas que caen de los árboles, allí tienen que acurrucarse tantos pobres en los cuales vive Jesús. ¡Cristo no tiene hogar!"

Ser Cristo para el prójimo

El aspecto activo, ético, de esta "mística del prójimo", es distinto, pero no separable del aspecto contemplativo, ya que consiste en ser "cristo" para otros "cristos". Para el P. Hurtado, el cristiano es "otro Cristo"; pero no en el mero nombre y la exterioridad, sino por una gracia y convicción interior: "un testigo no será útil a la causa de Cristo, sino en la medida en que un auténtico espíritu cristiano anime su pensamiento y su corazón"Por esto, se indigna contra los "testigos incompletos" que, lejos del Espíritu de Cristo, guardan las apariencias, pero faltan a la justicia y la caridad; clama contra los malos católicos, "los más violentos agitadores sociales";contra los cristianos "nominales" que forman parte del mundo burgués: "... ese conjunto de máximas, de modos de vivir fáciles, muelles, en que el dinero y el placer son los ídolos..."

2. La utopía social

La "mística social" de Alberto Hurtado ansía cambiar las estructuras de la sociedad, como expresión del más alto amor al prójimo. El expresa su utopía social en dos conceptos: el de Orden social cristiano y el de Cristianismo integral.

El Orden social cristiano

El orden social existente, según el P. Hurtado, "tiene poco de cristiano" Es imperativo cambiarlo. "El orden social actual no responde al plan de la Providencia" No puede ser "orden" la conservación del statu quo; el "'orden económico' implica gravísimo desordenPara el P. Hurtado, el Orden social cristiano -concepto que extrae de la Doctrina Social de la Iglesia- reproduce el Reino de Dios del Evangelio. Como el Reino, ya está en gestación "entre sacudimientos y conflictos"Lo describe así:

"Hemos de desear un orden social cristiano. Este supone el respeto a la Iglesia, a su misión de santificar, enseñar, de dirigir a sus fieles, y supone también algo tan importante como esto: que el espíritu del Evangelio penetre en las instituciones, y que las leyes se inspiren en la justicia social y sean animadas por la caridad. Un Estado es cristiano no sólo cuando establece el nombre de Dios en sus juramentos, sino cuando el sentido del Evangelio domina su espíritu"

La construcción de este orden, sin embargo, no será posible si se olvida que "el primer elemento de restauración social no es la política, sino la reforma del espíritu de cada hombre según el modelo que es Cristo"Pero, dirá también: "Esta reforma (de estructuras) es uno de los problemas más importantes de nuestro tiempo. Sin ella la reforma de conciencia que es el problema más importante es imposible"

Cristianismo integral

auspicia, procura que la fe en Cristo se manifieste en todos los aspectos de la vida, no sólo en ocasiones religiosas; pero tampoco en un puro cambio de estructuras.

mplísimas son las áreas y ángulos de la vida humana, que el P. Hurtado quiere cristianizar. Se ocupa de la educación, la alimentación, la salud, la vivienda, el trabajo, la empresa, los salarios, la familia, la propiedad, las clases sociales. Es notable verlo hacer una lectura de la historia de Chile desde la perspectiva de los indios tratados como bestias. Critica a su querida Iglesia por la negligencia en la pérdida de los obreros. Está atento a lo nacional e internacional. Así como ausculta los signos de los tiempos, se interesa por el gesto cristiano pequeño: invita a ponerse en el punto de vista ajeno o alegrarle la vida a los demás.

Conclusión

La gran diferencia del cristianismo con los "espiritualismos" que lo desvirtúan, desde el gnosticismo herético del siglo I hasta el de nuestros días, está en postular el amor de Dios por el mundo. La mística cristiana, la mística del P. Hurtado, se distingue y se opone a otras místicas, porque en ella la creación entera, y el prójimo en particular, no es óbice a la contemplación, sino condición de autenticidad.

Publicado en Mensaje nº 442, 1995.

Los curas villeros de hoy-(diario clarin.VALORES RELIGIOSOS-13 DE MAYO 2009)

QUIENES SON Y COMO PIENSAN LOS SACERDOTES DE LOS ASENTAMIENTOS. AUTOR.-SERGIO RUBIN

Los curas villeros de hoy

Fueron noticia por denunciar la proliferación del paco . Se definen como herederos del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo con los desafíos actuales. Dicen que su modelo es el padre Mugica.

Sergio Rubin



¿Por qué optaron por ejercer su ministerio y vivir en una villa?


-Pepe Di Paola: Por nuestro gran amor a la Iglesia y el deseo de asumir la opción preferencial por los pobres. Las villas son un ámbito privilegiado para vivir y actuar según ese compromiso.


-Nibaldo Leal: En mi caso agregaría que provengo de una familia obrera y me pareció valioso estar con quienes conozco.


-Carlos Olivero: Lo misionero siempre estuvo latente. Cuando estudiaba medicina quería ser parte de Médicos sin Frontera Además, de chico tuve una vida tranquila, me preguntaba porqué Dios no me mandaba dificultades y entendí que era para que me ocupara del dolor de los otros.


-Martín de Chiara: Cuando era seminarista hice una experiencia en una villa y descubrí qué lindo es vivir y trabajar con los pobres. Me fui enamorando de esa opción y, finalmente, se me dio.


-Guillermo Torre: Lo mismo me pasó a mí: siendo seminarista me desenvolví en una villa y eso me marcó. Quedó en mi corazón el deseo de actuar allí y, gracias a Dios, lo pude concretar.


¿Se consideran seguidores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM)?


-Di Paola: Somos hijos de aquel movimiento porque allí actuó el padre Carlos Mugica y sus compañeros y se inició una corriente de curas para las villas. Nos sentimos herederos de esa linda tradición, pero con los desafíos de hoy.


-Torre: Una vez me preguntaron si estar en la parroquia de la villa de Retiro, donde reposan los restos de Mugica, es una carga y yo respondí que, al contrario, es un desafío porque él nos marcó un camino que, salvando las diferencias de época, tratamos de seguir. Queda clara la identificación de ustedes con el padre Mugica…


- Di Paola: A mí no solo me marcó como seminarista, sino que, a medida que fui conociendo más su vida, ésta me sirvió mucho en todos los momentos de mi compromiso sacerdotal con los pobres.


-Torre: Para mí es un modelo, no sólo por lo que fue, sino por lo que significó para la gente como se evidenció hace unos años durante el traslado de sus restos a la villa. Hay quienes acusaban al MSTM de un exceso de ideologización…


-Di Paola: Puede haber algo de verdad y algo de prejuicio. Lo importante es que durante todo este tiempo la Iglesia y los curas com prometidos con los pobres recorrieron un camino de reivindicación de la fe del pueblo, que inf luyó mucho para no ideologizar hacia ningún lado este compromiso. A partir de la iedad popular, no tanto enseñándoles a los pobres, sino aprendiendo de su fe, se logró, más o menos, que los curas tengamos un mismo sentir, pensar y obrar.


-Olivero: Creo que el MSTM instaló el tema de la pobreza en el corazón de la Iglesia. Nosotros somos sus herederos en un clima mucho más pacífico porque hoy la opción preferencial por los pobres es algo que está muy asentada en todos los católicos y aparece en todos los documentos. No hay que estar agitando banderas sobre algo que ya está instalado. Además, cambiaron las urgencias: antes era lo habitacional, la cloaca, la luz; hoy es la droga, la violencia y la marginación.


¿Pero quieren seguir la línea de las fuertes denuncias sociales del MSTM como las referidas a las llamadas “estructuras de pecado”?


-Di Paola: Estamos en la misma actitud a través de nuestros documentos y de nuestra acción, pero con algunas diferencias en su expresión. Es que en aquella época, la denuncia profética estaba marcada por situaciones que, como se acaba de decir, no eran totalmente iguales a las actuales. Las estructuras de pecado tienen nuevas expresiones. No es que no hablemos de ellas. En nuestro último documento decimos que el problema grave no son los chicos, sino los grandes que hicimos una sociedad poco cristiana.


También se criticó la opción partidaria


-por el peronismo- que hicieron miembros del MSTM…


-Leal: Los curas de las villas no somos ajenos a ningún proceso porque estamos insertos en una cultura. En aquel tiempo, el peronismo aparecía como una opción clara por los pobres. Hay que entenderlo en el contexto de la época. Lo importante es estar dentro de la Iglesia, no desfasarse, ni ponerse en contra de ella. Lo partidario no es una opción para nosotros.


-Torre: Todo lo que nosotros vivimos y hacemos lo vivimos y hacemos desde la fe. Lo que nos mueve no es la ideología, sino nuestro amor a Jesús y el Evangelio. Claro que esto nos lleva a vivir una fe encarnada, no alejada de la realidad, sino realmente comprometida a partir de lo que aprendimos en las villas, de lo que la gente nos enseñó. Eso es lo que está en el fondo de nuestra acción.


¿Qué piensan de la Teología de la Liberación?


-Di Paola: Si bien desde nuestra época de seminaristas la leímos y analizamos bastante, nos nutrimos fundamentalmente con la teología que tiene que ver con la religiosidad del pueblo que, a su vez, se relaciona con la cultura de su gente. Nuestro gran maestro fue el padre Lucio Gera, además del padre Rafael Tello. Fueron los que nos marcaron un sentido de Iglesia comprometida buscando la liberación integral del hombre, no desde ninguna ideología, sino desde el Evangelio.


-Olivero: Cuando trabajamos en prevención y recuperación de adictos estamos apostando por la vida que, en el fondo, es buscar la liberación de la persona. La persona que es esclava de la droga necesita ser liberada. En un momento, la teología de la liberación buscó reemplazar el sustrato filosófico aristotélico- tomista por una es tructura filosófica marxista. Nosotros no nos paramos en ninguna concepción ideológica; tratamos de buscar la liberación integral de la persona. Además, no peleamos por cuestiones filosóficas porque la realidad es tan apremiante que no nos deja espacio para ello. ¿Qué piensan de los prejuicios contra los vecinos de las villas?


-Chiara: Lo que pasa es que la gente, por no conocer, no tiene la oportunidad de valorar. Por eso, lo nuestro es siempre una invitación a que la gente se anime a conocer esto que nosotros tuvimos la suerte de conocer. Ver, por ejemplo, lo solidaria que es esta gente.


-Olivero: A mi me duele que la esprensa amarilla difunda sólo los hechos de violencia de las villas. Eso genera una especie de círculo vicioso porque muchos jóvenes que se drogan lo hacen porque no tienen posibilidades de insertarse laboralmente debido a que el empleador, cuando se entera que viven en una villa, tiene miedo y no los quiere tomar. ¿Son religiosos?


-Di Paola: Super religiosos. Conservan una fe que les viene de sus padres, de sus abuelos. Traen la devoción de sus lugares de origen y viven los valores evangélicos. ¿Muchos de los creyentes que no viven en las villas creerían si, como ellos, no tuvieran nada? ¿Ustedes no tienen, a veces, miedo de vivir en una villa?


-Chiara: Si, pero no por la inseguridad nuestra, sino por la posibilidad de que sus habitantes sufran más injusticias. Porque la verdad es que nadie hace nada por lo que pasa dentro de nuestros barrios.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Monseñor Romero.-

Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (* Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño, cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.
Como
arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país.[2] Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador. Dentro de la Iglesia Católica se le consideró un obispo que defendía la "opción preferencial por los pobres". En una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación." (11 de noviembre de 1977) WIKIPEDIA

Fiesta de Nuestra Señora de Fátima





El Papa de Fátima



domingo, 10 de mayo de 2009

El Papa Benedicto XVI en Jordania

El Papa visitó la mayor mezquita de Jordania
12:52
En el marco de su polémica visita a Medio Oriente, Benedicto XVI realizó un recorrido especial por la mezquita Al Husein ben Talal, en Ammán.



El Papa celebró una misa ante 30 mil personas en Jordania
14:45
Benedicto XVI pidió a las minorías católicas y cristianas de Medio Oriente "resistir y permanecer en la región". Mañana visitará Jerusalén.



El pontífice tiene previsto visitar el sitio jordano del bautismo de Jesús, donde bendecirá las primeras piedras de las iglesias de los latinos y de los greco-melquitas, y mañana partirá para Jerusalén. (Télam)

Jesús Misericordioso







Totus tuus María.


"Yo soy la Vid, y ustedes los sarmientos...

Permanezcan en mi amor, como yo permanezco en ustedes".

sábado, 9 de mayo de 2009

Una mirada particular....

"Vivir en la villa hace que los sacerdotes del equipo para villas de emergencia tengamos una mirada particular de esta realidad, que difiere la mayoría de las veces de la observación que pueda tener alguien que viene de afuera de la villa, ya sea un profesional o alguien vinculado a la actividad política.
Vivir en la villa nos hace comprender, entender y valorar la vida en ella de manera distinta a lo que se escucha habitualmente en el periodismo amarillo, que parece sugerir que las villas son las causantes de la mayoría de los problemas de nuestra querida Buenos Aires.
En estas reflexiones queremos acercar una mirada positiva de la cultura que se da en la villa, ya que para nosotros es una gracia de Dios vivir en ella.
No ignoramos los delicados problemas que los vecinos vivimos en la villa: la violencia familiar, los abusos, el consumo de drogas, sólo por nombrar algunos; aunque estos y otros están también presentes en el resto de la ciudad de forma menos expuesta, o más maquillada. Como sacerdotes intentamos humildemente mirar de frente los problemas, verlos con el corazón y comprometernos con las manos en su resolución.
Sin embargo, para nosotros la villa no es un lugar sólo para ayudar, es más bien el ámbito que nos enseña una vida más humana, y por consiguiente más cristiana. Valoramos la cultura que se da en la villa, que surge del encuentro de los valores más nobles y propios del interior del país o de los países vecinos, con la realidad urbana.
La cultura villera no es otra cosa que la rica cultura popular de nuestros pueblos latinoamericanos. Es el cristianismo popular que nace de la primera evangelización; el pueblo siempre lo vivió como propio, con autonomía y siempre desde su vida de cada día. Es un cristianismo no eclesiástico, ni tampoco secularista, sino con auténticos valores evangélicos.
Cuando el pueblo que vive en la villa celebra, celebra la vida, la vida natural, pero como es cristiano por su fe sabe que esa vida culmina, se plenifica en la Vida de Dios. Cuando por ejemplo celebra a la Virgen (Luján, Caacupé, Copacabana, etc.) en esas fiestas pone en juego valores como la fraternidad, la solidaridad y la paz, ya que es la Madre de todos, la que nos convoca y en este tipo de fiestas fortalece el tejido social.
El pueblo que celebra en la villa celebra la vida, porque se organiza en torno a ella, anhela y lucha por una vida más digna. Y, en este sentido, la cultura villera tiene un modo propio de concebir y utilizar el espacio público. Así la calle es extensión natural del propio hogar, no simplemente lugar de tránsito, sino el lugar dónde generar vínculos con los vecinos, dónde encontrar la posibilidad de expresarse, el lugar de la celebración popular.
La cultura de la villa tiene características muy positivas, que son un aporte para el tiempo que nos toca vivir, se expresa en valores como la solidaridad; dar la vida por otro; preferir el nacimiento a la muerte; dar un entierro cristiano a sus muertos; cuidar del enfermo, ofrecer un lugar para el enfermo en la propia casa; compartir el pan con el hambriento: "donde comen 10 comen 12"; la paciencia y la fortaleza frente a las grandes adversidades, etc. Valores que se sustentan en que la medida de cada ser humano es Dios, y no el dinero.
La cultura villera señala valores evangélicos muy olvidados por la sociedad liberal de la ciudad. Sociedad liberal que se organiza y hace fiesta en torno al poder y a la riqueza, y que es expresión de ideologías de derecha a izquierda.
Por eso, ante el planteo de urbanización de las villas -planteo que preferimos al de erradicación la cual nos recuerda las topadoras- nos preguntamos qué significa.
Porque, ¡Atentos! Si urbanización significa que la cultura porteña invada con su vanidad la cultura villera pensando que progreso es darle a los ’villeros’ todo lo que necesitan para ser una "sociedad civilizada", no estamos de acuerdo.
¿Por qué pensar que el cambio de apariencias -cambio de una casa de ladrillo y chapa hecha por el esfuerzo del villero por otra casa del Instituto de la Vivienda de varios pisos- es ya un progreso?; en este caso, ¿urbanización no será más bien otra cosa que aprolijar la villa para que el resto de la ciudad no chille y dejarla conforme?; ¿cuando se piensa en urbanizar, se piensa solamente en hacer casas que estén pintadas?, ¿acaso no hay sobrados ejemplos de barrios que cambiaron su fisonomía y su realidad es peor que la vivida hace tiempo?
Pensamos que la palabra urbanizar es unilateral, se da desde el poder -no necesariamente con mala intención- y muestra una desvalorización de la cultura de la villa. Creemos que la ciudad piensa que debe eliminar la villa y que desconoce su cultura popular multifacética. El planteo de urbanización debe ser respetuoso de una auténtica cultura como es la villera y no querer barnizarla, o lo que es más grave aún borrarla de un plumazo.
¿Urbanizar o colonizar?
No creemos en esta urbanización, más bien creemos en un encuentro de culturas que conviven, aprenden, comparten. ¿Acaso no sería bueno que el resto de los barrios porteños conozcan y valoren las vivencias y creencias de los villeros? Si la ciudad no quiere colonizar la villa deberá tener un corazón humilde capaz de escuchar la palabra de inmensas barriadas que tienen mucho para decir.
La excesiva mediatización del gobierno y organismos a través de los punteros barriales ha sido a lo largo de los años uno de los factores del gran desconocimiento de la villa y de su cultura.
A algunos que quizás comenzaron como representantes de su barrio los han convertido en representantes remunerados de otros intereses, la referencia de lo que es la villa quedó en manos de este puñado serviles al sistema. Por eso, son pocos los que desde los estamentos del gobierno u organizaciones conocen y valoran la cultura villera.
¿Que elementos entonces debería contemplar este encuentro de culturas donde urbanizar no sea colonizar, sino más bien una integración de culturas que dialogan y aprenden entre sí dando lo más positivo que tienen?
¿Acaso urbanizar no sería más bien crear situaciones positivas donde se den las mismas posibilidades a los que viven en la villa que a los que viven en Belgrano o cualquier otro lugar de la ciudad? ¿No será urbanizar garantizar el acceso escolar para todos los niños y jóvenes de las villas, o que cuando se inauguren las salitas de salud cuenten con lo mínimo indispensable como son las cloacas?
¿No será urbanizar el día que los médicos, sacerdotes, abogados, profesores o capataces surjan de las villas para que imbuidos de la solidaridad de la cultura villera pongan su vida al servicio de su barrio, de la ciudad, del país?
Más que urbanizar nos gusta hablar de integración urbana, esto es, respetar la idiosincrasia de los pueblos, sus costumbres, su modo de construir, su ingenio para aprovechar tiempo y espacio, respetar su lugar, que tiene su propia historia.
Sin duda debe haber un camino de mejoramiento de la calidad de vida en las villas -fue y es una preocupación de este equipo- pero es fundamental en este camino poner el oído en el corazón del villero para que las posibles soluciones no provengan de oficinas donde trabajan técnicos que ignoran la realidad, y que en lugar de mejorarla la empeoran. Sirvan de ejemplo esos planes que se bajan indiscriminadamente, y que en vez de incentivar el estudio facilitan que el chico deje la escuela para cobrarlos, o que la motivación para hacer una actividad deportiva vaya detrás de un plan. Este tipo de asistencialismo -o habría que decir clientelismo- perpetúa la dependencia mental y atrofia la capacidad de los asistidos para convertirse en ciudadanos responsables de su futuro.
Por lo tanto, entendemos que lo positivo de la urbanización es una preocupación del resto de la ciudad para con la villa, tratando de darle una mejor calidad de vida, pero a nuestro entender, así sin más sería no valorar y tener presente lo que la villa puede aportar al resto de la ciudad. Para nosotros la integración urbana sería el camino que debería recorrerse en la Ciudad de Buenos Aires".
Firman el comunicado:
Rodolfo Ricciardelli, Enrique Evangelista y Adolfo Benassi de la Villa 1-11-14; José María Di Paola, Carlos Olivero y Nibaldo Leal de la Villa 21-24 y N.H.T. Zabaleta; Sebastián Sury y Walter Medina de la Villa 15; Guillermo Torre y Marcelo Mirabelli de la Villa 31; Gustavo Carrara y Martín De Chiara de la Villa 3 y del Barrio Ramón Carrillo; Sergio Serrese de la Villa 19: Jorge Tome y Franco Punturo de la Villa 20.

jueves, 7 de mayo de 2009




María del Buen Mate

Del mate de las frías madrugadas,del mate de las tardes otoñales,del mate de las noches de estudiantes,del mate de la espera…


María del Buen Mate el mate del amigo y del encuentrodel mate que reemplaza los almuerzosdel mate que calienta los inviernos,del mate que reúne y que celebra…


María del Buen Matedel mate oportuno en la visita,del mate silencioso en los abuelos,del mate espumoso de la rueda,del mate que no hace diferencias…


María del Buen Matedel mate que está siempre dispuesto,del mate que nunca se resiente,del mate que se alegra en ser usado,del mate que se brinda a cada hora…


María del Buen Mate enséñanos a tomar mate que no sea el mate frío de la rutina, que sea el mate del amor fraterno que nos deje sabor a vida nueva.


Que no sea el mate "que pierde tiempo" cuando hay otro que quiere compartirlo.Que sea el mate que celebre siempre al amigo oportuno que se acerca, que sea el mate creador de espacios donde el otro encuentre la paz y la confianzaque sea el mate que suavice las heridas y acorte las horas de cansancio y soledades.Que sea el mate una buena nueva, un canto a la amistad, una moda de amar y dar la vida.Amén.
Convento Cristo Rey, EsperanzaPcia. de Santa Fe, Rep. Argentina




martes, 5 de mayo de 2009


María,

enséñanos

a

orar.

Adoración Eucarística de Juan Pablo II
Señor Jesús:
Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.
"Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios" (Jn. 6,69).
Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres.Aumenta nuestra FE.
Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo.
Contigo ya podemos decir: Padre nuestro.
Siguiéndote a ti, "camino, verdad y vida", queremos penetrar en el aparente "silencio" y "ausencia" de Dios, rasgando la nube del Tabor para escuchar la voz del Padre que nos dice: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia: Escuchadlo" (Mt. 17,5).
Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social.
Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo.
Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives "siempre intercediendo por nosotros" (Heb. 7,25).
Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado contigo hacia el Padre.
Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo.
Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo esta escala de valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar en el corazón y en las actitudes de la vida concreta.
Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.
Quisiéramos decir como San Pablo: "Mi vida es Cristo" (Flp. 1,21).
Nuestra vida no tiene sentido sin ti.
Queremos aprender a "estar con quien sabemos nos ama", porque "con tan buen amigo presente todo se puede sufrir". En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad del Padre, porque en la oración "el amor es el que habla" (Sta. Teresa).
Entrando en tu intimidad, queremos adoptar determinaciones y actitudes básicas, decisiones duraderas, opciones fundamentales según nuestra propia vocación cristiana.
CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una actitud sencilla de presencia, silencio y espera, que quiere ser también reparación, como respuesta a tus palabras: "Quedaos aquí y velad conmigo" (Mt. 26,38).
Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por eso queremos aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y callando con un silencio de amigo y con una presencia de donación.
El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a decir esos "gemidos inenarrables" (Rom. 8,26) que se traducen en actitud agradecida y sencilla, y en el gesto filial de quien ya se contenta con sola tu presencia, tu amor y tu palabra.
En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación.
Aprendiendo este más allá de la ADORACIÓN, estaremos en tu intimidad o "misterio".
Entonces nuestra oración se convertirá en respeto hacia el "misterio" de cada hermano y de cada acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y social y construir la historia con este silencio activo y fecundo que nace de la contemplación.
Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en capacidad de AMAR y de SERVIR.
Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre.
Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.Amén.
Juan Pablo II

P.Cacho: La frontera de los pobres

P. Cacho:La frontera de los pobres
A la edad de 63 años fallecía, el 4 de setiembre de 1992, en Montevideo, el p. Rubén Isidro Alonso, llamado familiarmente Cacho. Su figura ya ha trascendido ampliamente el marco de su patria para proyectarse como un testigo creíble del Evangelio y de la Iglesia de los Pobres en nuestro continente.
La historia esencial del p. Cacho empieza en 1977, en la Parroquia de Possolo. Al p. Cacho le tocaba atender desde la parroquia una inmensa zona de pobreza y miseria por el lado de Aparicio Saravia que se extendía con sus rancheríos de lata y cartón hacia una 'tierra de nadie'.
A los pocos meses de trabajar allí, declaraba en una entrevista: 'Yo no sabía cómo dar el paso. Yo sentía el llamado del Señor a ir a vivir allí y le pedí a Dios que me mostrara el camino. Yo salía a recorrer esos lugares a pie y sentía miedo, el miedo de ver una frontera que no podía pasar. Hasta que un día viene una señora del barrio a la parroquia a pedir que un sacerdote fuera a la zona, a ocuparse de los jóvenes que estaban abandonados... Ella había invitado ese día a unos muchachos de 18 años y me pedía de una forma dramática que me conmovió y por otro lado veía que el Señor insistía, y que a través de los pobres me mostraba el camino.'
Fue en el patio del rancho del Chueco Maciel que doña Dora, le juntó al p. Cacho los primeros muchachos y esa primera reunión la dirigió ella. Habló de la necesidad de darles esperanza a esos jóvenes, de la necesidad de encontrar caminos 'que eran posibles'; les aseguraba que todo podía cambiar para ellos. Los muchachos asintieron pero desafiaron al p. Cacho a mudarse al cantegril. 'Yo les dije que quería ir a vivir con ellos. Y al otro día me vinieron a buscar a la parroquia, diciéndome que habían visto un rancho vacío y así ellos mismos en un carrito me hicieron la mudanza. Ese día era un 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora y desde aquel momento ésta para mí es tierra santa. Fue Dios el que me llamó aquí'.
El p. Cacho sigue recordando: 'Cuando esa señora me invitó, yo salté de alegría. Ya no iba a ser un intruso... sino que el llamado de Dios empezaba a ser llamado del pueblo también... Fueron dos años que viví en esa vivienda de emergencia como desorientado; sentía admiración y sorpresa, desorientación y descubrimientos. Sin saber qué hacer. Eso me obligó, mate por medio, a escuchar mucho. A saber apreciar la gratuidad de esas conversaciones, de ese lenguaje, de esa comunicación. Para mí fue un esfuerzo grande aprender y emplear el mismo lenguaje de ellos. Nuestro lenguaje tiene que partir del 'compartir' su misma vida, sus mismos sufrimientos. Entonces uno va encontrando la palabra adecuada...'
Muchas veces él volvió sobre este tema. Escribía: '¿Qué ámbitos hay para que sea escuchada esta gente? En la estructura social no hay. En la Iglesia me pregunto si tenemos ámbitos para escucharla. No hablo de ámbitos para escuchar a los agentes pastorales a los que les hemos dado tantos cursillos que aprendieron a hablar ellos también 'en difícil'; sino si hay ámbitos para esta gente sencilla que no entiende nada de Iglesia estructural, pero sí entiende el lenguaje de Jesús. Cuando leemos juntos el Evangelio, las reflexiones que hacen ellos me hacen ver cómo las cosas son mucho más sencillas y no van por el camino de tanta elucubración como casi siempre hacemos nosotros.'
'NO HAY OTRA ESPIRITUALIDAD QUE SUPERE A ÉSTA'Después del primer desalojo que tuvo que sufrir junto a los vecinos de su manzana, la vida de Cacho cambió totalmente y se sintió cada vez más involucrado en los problemas de la gente. Afirmará más tarde en una entrevista: 'Ya no me pude ir más del barrio; me aprisionaron. Muchas veces siento deseos de independizarme, pero hay de por medio toda una opción de fidelidad a Dios y a la gente. No hay otra espiritualidad que supere a ésta. El llamado es a dos puntas: Dios que te llama y envía y la gente que también te llama y te recibe. Buscar la fidelidad a Dios te amasija todos los días. Aceptarlo todo por amor es lo que te va haciendo sentir bien a pesar de todo.'
Se quejaba porque muchos ignoraban esa realidad: 'Ni siquiera la Iglesia conoce al pobre; habla de los pobres pero no los conoce. Se olvida que entre los pobres verdaderos no hay jubilados, no hay asalariados, no hay obreros; entre los pobres hay sí desaparecidos y torturados por el hambre... Y si no lo conoce la Iglesia al pobre, mucho menos lo van a conocer los partidos políticos, las instituciones de promoción, etc... Solamente se conoce al pobre si se conoce la pobreza, si se ha tenido un contacto, una relación directa con la pobreza'. 'A mí no me importa que los pobres me usen', decía. 'Ellos han sido usados y manipulados toda su vida por los que tienen poder; está bien que alguna vez las cosas sean al revés'. Era capaz de sacarse lo que tenía puesto para regalárselo a quien le pedía ayuda; muchas personas que lo acompañaron en su trabajo protestaban porque vivían regalándole ropa y él estaba siempre mal vestido. Recuerdo una tarde de invierno su amplia sonrisa cuando lo confundieron con un 'hurgador' más de la zona al salir con ellos en el carro para juntar papeles y botellas.
La presencia de Cacho en esos barrios a lo largo de 15 años fue una Buena Noticia para los más pobres y un signo de la presencia de Dios. Siempre se presentó como sacerdote integrado a un difícil trabajo de Iglesia promovido por sacerdotes, hermanas y laicos de esa zona y todos lo podían encontrar en la capilla de Banneux. Los miércoles rezaba la Misa en el salón comunal San Vicente, así como lo había pedido la gente. Era su día 'pascual': fue un miércoles el día que un primer grupo de gente salió de los ranchos de chapa y cartón para 'pasar' a las casas de material.
Más allá de una cantidad asombrosa de organizaciones barriales, de cooperativas de vivienda, de talleres, de comunidades que surgieron por su impulso, hay que destacar que Cacho fue el alma del movimiento de los que antes se llamaban 'requecheros' y después pasaron a llamarse 'clasificadores'. En uno de los últimos artículos de Cacho, titulado: 'Profeta de la ciudad' (Nuevamérica, marzo 92) escribió la historia de estos hombres curtidos y sufridos que hasta el año 90 en Montevideo tenían prohibido su trabajo, se les quitaban los carritos y los caballos. Fue a principios del 90 que se logró por parte de la comuna un empadronamiento de cada carrito y se le dio a cada clasificador un carné que lo acreditaba como trabajador en actividad productiva. El p. Cacho defiende apasionadamente a este trabajador como 'agente ecológico por excelencia en el contexto de una sociedad consumista y depredadora' y recuerda que 'una tonelada de papel reciclado significan 20 árboles menos, arrancados del corazón del bosque'. Y termina señalando: 'Los políticos se quejan de la invasión a la ciudad y de la visión de miseria que dan al turista. ¡Hipócritas! Debieran simplemente quedar agradecidos ante este humilde trabajador que luchando para sobrevivir ayuda a la sobrevivencia de todos y es profeta de la ciudad futura'.
Poco antes de su muerte, internado en el Hogar Sacerdotal, Cacho empezó a pintar. Hacía cuadros muy luminosos de fuertes colores con Cristos arrastrando carritos y pintaba las dos ciudades, la de las torres y la de las arrabales. Soñaba con volver al barrio pero en su último testimonio dejaba entrever otro camino: 'He decidido tomar esto como un gran retiro, un reencuentro con Dios. Les pido perdón a todos los que llegan a la puerta y no pueden verme. El día que pueda reencontrarme con ellos, lo haré con todas mis energías para brindarles no ya bienes materiales o preocupado por la obra social sino más bien por la persona de Cristo.'
Su opción por los pobresCacho nos ha dejado en el nombre de Cristo, como también había ido a los cantegriles en nombre de él ('tengo que ir al cantegril porqué sé que allí voy a encontrar a Cristo'). Su opción por los pobres fue antes que nada una opción por Cristo y a ellos quería llegar a entregarles lo mejor que tenía: Cristo. Así lo entendieron los pobladores más humildes de las barriadas de Montevideo cuando en Possolo asistieron a la misa de cuerpo presente al aire libre bajo un cielo encapotado y todos soltaron sus lágrimas y sus voces. Más todavía cuando el féretro, cubierto con la bandera uruguaya, fue cargado sobre un carrito tirado por un caballo blanco y fue llevado a recorrer todas las comunidades en medio de los ranchos y las casitas. Sus restos descansan ahora en un simple nicho siempre lleno de flores en el Cementerio del Norte.
Se dijo de él: 'Tenía el don de hacerle sentir a cada persona que era importante para él y para Dios; y por eso sabía hacer aflorar en cada persona un sentido de superación y de lucha, de dignidad y solidaridad'. Nos dejó además un mensaje para estos tiempos de desaliento: 'Yo creo que la Vida Nueva pasa por la cruz; es una semilla que muere en el surco, implica el tiempo; el tiempo es un aliado del hombre y un presupuesto de Dios. Se trata de seguir, no abandonar y ser solidarios hasta el fin.'
Primo Corbelli

p. Hurtado s.j.: meditación sobre la Eucaristía

Meditación sobre la Sagrada Eucaristía
I. La Eucaristía como sacrificioEl sacrificio eucarístico es la renovación del sacrificio de la cruz. Como en la cruz todos estábamos incorporados en Cristo; de igual manera en el sacrificio eucarístico, todos somos inmolados en Cristo y con Cristo.De dos maneras puede hacerse esta actualización. La primera es ofrecer, como nuestra, al Padre celestial, la inmolación de Jesucristo, por lo mismo que también es nuestra inmolación. La segunda manera, más práctica, consiste en aportar al sacrificio eucarístico nuestras propias inmolaciones personales, ofreciendo nuestros trabajos y dificultades, sacrificando nuestras malas inclinaciones, crucificando con Cristo nuestro hombre viejo. Con esto, al participar personalmente en el estado de víctima de Jesucristo, nos transformamos en la Víctima divina. Como el pan se transubstancia realmente en el cuerpo de Cristo, así todos los fieles nos transubstanciamos espiritualmente con Jesucristo Víctima. Con esto, nuestras inmolaciones personales son elevadas a ser inmolaciones eucarísticas de Jesucristo, quien, como Cabeza, asume y hace propias las inmolaciones de sus miembros. ¡Qué horizontes se abren aquí a la vida cristiana! La Misa centro de todo el día y de toda la vida. Con la mira puesta en el sacrificio eucarístico, ir siempre atesorando sacrificios que consumar y ofrecer en la Misa. ¡Mi Misa es mi vida, y mi vida es una Misa prolongada!
II. La Eucaristía es centro de la vida cristianaPor la Eucaristía tenemos la Iglesia y por la Iglesia llegamos a Dios. Cada hombre se salvará no por sí mismo, no por sus propios méritos, sino por la sociedad en la que vive, por la Iglesia, fuente de todos sus bienes. Sin la Eucaristía, la Iglesia de la tierra estaría sin Cristo. La razón y los sentidos nada ven en la Eucaristía, sino pan y vino, pero la fe nos garantiza la infalible certeza de la revelación divina; las palabras de Jesús son claras: «Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre» y la Iglesia las entiende al pie de la letra y no como puros símbolos. Con toda nuestra mente, con todas nuestras fuerzas, los católicos creemos, que «el cuerpo, la sangre y la divinidad del Verbo Encarnado» están real y verdaderamente presentes en el altar en virtud de la omnipotencia de Dios.El Cristo Eucarístico se identifica con el Cristo de la historia y el de la eternidad. No hay dos Cristos sino uno solo. Nosotros poseemos en la Hostia al Cristo del sermón de la montaña, al Cristo de la Magdalena, al que descansa junto al pozo de Jacob con la samaritana, al Cristo del Tabor y de Getsemaní, al Cristo resucitado de entre los muertos y sentado a la diestra del Padre. No es un Cristo el que posee la Iglesia de la tierra y otro el que contemplan los bienaventurados en el cielo: ¡una sola Iglesia, un solo Cristo!Esta maravillosa presencia de Cristo en medio de nosotros, debería revolucionar nuestra vida. No tenemos nada que envidiar a los apóstoles y a los discípulos de Jesús que andaban con Él en Judea y en Galilea. Todavía está aquí con nosotros. En cada ciudad, en cada pueblo, en cada uno de nuestros templos; nos visita en nuestras casas, lo lleva el sacerdote sobre su pecho, lo recibimos cada vez que nos acercamos al sacramento del Altar.Un alma permanece superficial mientras que no ha sufrido. En el misterio de Cristo existen profundidades divinas donde no penetran por afinidad sino las almas crucificadas. La auténtica santidad se consuma siempre en la cruz. El que quiere comulgar con provecho, que ofrezca cada mañana una gota de su propia sangre para el cáliz de la redención.
III. La Eucaristía y las aspiraciones del hombreLa gran obra de Cristo, que vino a realizar al descender a este mundo, fue la redención de la humanidad. Y esta redención en forma concreta se hizo mediante un sacrificio. Toda la vida del Cristo histórico es un sacrificio y una preparación a la culminación de ese sacrificio por su inmolación cruenta en el Calvario. Toda la vida del Cristo místico no puede ser otra que la del Cristo histórico y ha de tender también hacia el sacrificio, a renovar ese gran momento de la historia de la humanidad que fue la primera Misa, celebrada durante veinte horas, iniciada en el Cenáculo y culminada en el Calvario.Toda santidad viene del sacrificio del Calvario, él es el que nos abre las puertas de todos los bienes sobrenaturales. Todas las aspiraciones más sublimes del hombre, todas ellas, se encuentran realizadas en la Eucaristía:1. La Felicidad: el hombre quiere la felicidad y la felicidad es la posesión de Dios. En la Eucaristía, Dios se nos da, sin reserva, sin medida; y al desaparecer los accidentes eucarísticos nos deja en el alma a la Trinidad Santa, premio prometido sólo a los que coman su Cuerpo y beban su Sangre.2. Ser como Dios: El hombre siempre ha aspirado a ser como Dios, a transformarse en Dios, la sublime aspiración que lo persigue desde el Paraíso. Y en la Eucaristía ese cambio se produce: el hombre se transforma en Dios, es asimilado por la divinidad que lo posee; puede con toda verdad decir como San Pablo: «ya no vivo yo, Cristo vive en mí» (Gál 2,20).3. Hacer cosas grandes: El hombre quiere hacer cosas grandes por la humanidad; pero, ¿dónde hará cosas más grandes que uniéndose a Cristo en la Eucaristía? Ofreciendo la Misa salva la humanidad y glorifica a Dios Padre en el acto más sublime que puede hacer el hombre. El sacerdote y los fieles son uno con Cristo, «por Cristo, con Él y en Él» ofrecemos y nos ofrecemos al Padre.4. Unión de caridad: en la Misa, también nuestra unión de caridad se realiza en el grado más íntimo. La plegaria de Cristo «Padre, que sean uno... que sean consumados en la unidad» (Jn 17,22-23), se realiza en el sacrificio eucarístico. ¡Oh, si fuéramos a la Misa a renovar el drama sagrado, a ofrecernos en el ofertorio con el pan y el vino que van a ser transformadas en Cristo pidiendo nuestra transformación! La consagración sería el elemento central de nuestra vida cristiana. Teniendo la conciencia de que ya no somos nosotros, sino que tras nuestras apariencias humanas vive Cristo y quiere actuar Cristo...Y la comunión, esa donación de Cristo a nosotros, que exige de nosotros gratitud profunda, traería consigo una donación total de nosotros a Cristo, que así se dio, y a nuestros hermanos, como Cristo se dio a nosotros.A la comunión no vamos como a un premio, no vamos a una visita de etiqueta, vamos a buscar a Cristo para «por Cristo, con Él y en Él» realizar nuestros mandamientos grandes, nuestras aspiraciones fundamentales, las grandes obras de caridad... Después de la comunión quedar fieles a la gran transformación que se ha apoderado de nosotros. Vivir nuestro día como Cristo, ser Cristo para nosotros y para los demás. ¡Eso es comulgar!