miércoles, 29 de abril de 2009

Misa domingo 27 de abril 2009.Villa 21.Buenos Aires

Una multitud fue a la misa en apoyo del cura amenazado
Unas 2000 personas se congregaron en la iglesia de la villa 21 y vivaron al padre Di Paola

LA NACION :Lunes 27 de abril 2009
Fue en la calle, como siempre que hay una ocasión importante. Y ésta lo era. En la misa dominical, al aire libre, frente a la parroquia Nuestra Señora de Caacupé, en plena villa 21, unas 2000 personas, vecinos del lugar y fieles de otras zonas de la Capital, se solidarizaron con el sacerdote José María Di Paola, amenazado de muerte por narcotraficantes el lunes pasado.
Bajo un intenso sol, en Osvaldo Cruz al 3400 se vivió ayer un clima de fervor, entusiasmo y emoción. Chicos, jóvenes, familias enteras manifestaron su amor hacia el padre Pepe. Y Di Paola, agradecido, devolvió ese amor y, como en la presentación del documento en el que los curas de los asentamientos aseguraron que en las villas la droga está despenalizada de hecho y que su consumo destruye a los jóvenes, a los que hace caer en la violencia y en el delito, hizo un nuevo llamado.
"Esta es una sociedad que muchas veces piensa que el problema son los menores, pero nosotros decimos: «Pensemos, porque el problema es de los grandes». Tenemos que hacer una sociedad mejor, en la que todos los chicos tengan la misma posibilidad de ir a la escuela, ir al club y tener lo mínimo indispensable, de soñar con metas y objetivos", dijo.
Tras la misa, Di Paola dijo a LA NACION, emocionado: "Estoy tranquilo. La comunidad de la villa 21 es mi familia. El amor y el cariño de la gente es muy importante. Esto me da mucha fuerza para seguir adelante".
El padre Facundo Berretta, que desde hace cinco años forma parte del equipo de curas de la villa 21-24, explicó a LA NACION: "Los vecinos del barrio pidieron la celebración de la misa expresamente para darle apoyo al padre Pepe. Es una persona muy querida por todos aquí. Y no sólo están presentes los vecinos de aquí, sino también de otras villas".
La celebración eucarística fue presidida por monseñor Oscar Ojea, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires, y concelebrada por diez sacerdotes que viven y trabajan en las villas de emergencia.
A las 11.20, apareció Di Paola. Los primeros vecinos que lo descubrieron se acercaron a saludarlo con un beso y un abrazo. Durante varios minutos, se escucharon prolongados aplausos y cánticos para él. Luego, una joven le dijo, con una voz de agradecimiento quebrada por el llanto: "Usted es nuestro padre".
Delante del altar, los fieles habían colgado una decena de cartulinas con leyendas. "Padre Pepe, su vida es testimonio y ejemplo"; "Dios te dé fuerzas para seguir con nosotros"; "Calla, reza y trabaja. Este es tu lema, ¿Pepe, por esto te persiguen?".
En el sermón, monseñor Ojea destacó: "Ustedes están haciendo una manifestación de amor al padre Pepe y al equipo de curas en las villas. La semana pasada, fue tocada la familia de Caacupé y de toda la ciudad de Buenos Aires. El documento de los sacerdotes de las villas es un sí a la vida, una apelación a lo más noble del corazón humano. Es una invitación al diálogo en un problema muy complejo. Ante la tríada tremenda denunciada por ese documento (muerte, delito y droga) no podemos mirar para otro lado.

domingo, 26 de abril de 2009

Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos, que parecen tener ocho años, tengan trece.Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro; yo me puedo ir, ellos no.Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas de las que me puedo ir y ellos no.Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme de que ellos no pueden hacerlo.Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no: porque nadie hace huelga con su hambre.Señor, perdóname por decirles no sólo del pan vive el hombre y no luchar con todo para que rescaten su pan.Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí. Ayúdame.Señor, sueño con morir por ellos: ayúdame a vivir para ellos. Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame.
Oración del padre Mugica,“Meditación en la villa”.

miércoles, 22 de abril de 2009

Homilía: Cardenal Jorge M. Bergoglio, s.j.

MISA DE LA Educación

Desgrabación de la homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires, pronunciada en el atrio de la Catedral Metropolitana con motivo de la Misa por la Educación(22 de abril de 2009)

En el pasaje del libro de los Hechos de los Apóstoles que acabamos de escuchar hay una frase muy sugestiva, cuando el Ángel le abre la prisión a los Apóstoles. Les dice: “Vayan al templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta vida nueva”. Anuncien esta propuesta, esta propuesta que vienen predicando. Un mandato que sigue a lo largo de los siglos y que no es otra cosa que el eco de Jesús: “Vayan, anuncien, enseñen, bauticen”. “Vayan al templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta nueva vida”. Y qué es lo que se refiere a esta nueva vida? Muy sencillo. Que Dios nos amó tanto que entregó a su Hijo para salvarnos. Lo escuchamos en el Evangelio que se acaba de proclamar. Y Jesús, cuando explica esto, dice que “la luz vino al mundo, Dios envió la luz al mundo”.
Pero hay hombres que prefieren las tinieblas y el Señor marca esa división secular, no ya de buenos contra malos, de este color contra este otro color sino de una opción interior: yo prefiero la luz, yo prefiero las tinieblas… y esa opción sigue cobrando fuerzas en nuestros días. Y Jesús avanza en su explicación: porque todo el que obra mal “odia la luz y no se acerca a ella por temor de que sus obras sean descubiertas”. Todo el que tiene mala conciencia se esconde de la luz, se esconde de la evidencia, en las mil maneras de esconderse que hay, pero no se deja iluminar por esa luz mansa de la verdad; en cambio, sigue Jesús, el “que obra conforme a la Verdad se acerca a la luz para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas por Dios”. El que tiene la conciencia tranquila, el que siempre busca el bien se abre a la luz y por ahí la luz le hace ver que está equivocado acá y acá, y lo reconoce! Porque tiene buena intención. Este modo de vida que el Ángel nos manda a anunciar es que optemos por la luz.
En este día, en que damos oficialmente como inaugurado, así de manera espiritualmente, este año lectivo, en oración, nos viene bien recordar a quienes estamos encargados de educar, a todos los que trabajan en una comunidad educativa y a los padres también porque ellos trabajan en la comunidad educativa, nuestra única opción es llevar a los chicos y a las chicas por el camino de la luz.
Esto hoy no es fácil! Lo saben todos ustedes! Lo sabemos todos! Las propuestas de las tinieblas están al alcance de la mano… las tinieblas de la media verdad; la tiniebla gnóstica de la experimentación con los chicos… (experimentemos este método a ver como sale y el chico tiene una educación de probeta y si salió mal, pobrecito, fracasó!) Eso es tiniebla: con los chicos no se experimenta. La tiniebla del abandono: cuantos chicos y chicas “abandónicos” recibimos en nuestras aulas! Abandonados de cariño, diálogo, alegría y que no saben lo que es jugar con papá y mamá. La propuesta del atajo fácil, de la satisfacción al alcance de la mano, la propuesta del alcohol, la propuesta de la droga… y eso es tiniebla. La propuesta de la droga… no tienen idea de lo grave que es esta propuesta tenebrosa, esta corrupción que llega incluso a repartirse en las esquinas de las escuelas.

Una veintena de sacerdotes de esta Arquidiócesis acaba de hacer público una reflexión, un documento sobre este gravísimo problema: la droga. Pero esto no es una cuestión de estos sacerdotes; es cuestión de todos nosotros; es cuestión mía y de todos los obispos auxiliares que apoyamos esa declaración! Porque tenemos que defender la “cría” (perdonen la palabra) y a veces este mundo de las tinieblas nos hace olvidar de ese instinto de defender la cría.
Y como esas tinieblas son poderosas, en el día de ayer uno de los sacerdotes firmantes de ese comunicado fue amenazado. Sabemos que estas amenazas no son chaucha y palitos…. No sabemos en que van a terminar. Pero vos hablas! Denuncias una tiniebla que es ofrecida por los mercaderes de las tinieblas en las puertas mismas de los lugares donde están los chicos y te viene la amenaza! Todavía hay hombres y mujeres que se consocian para llevar adelante la tiniebla como felicidad fácil, como felicidad al alcance de la mano.
Hoy a ustedes que trabajan en Educación, rodeados de estos chicos y chicas sobre los cuales tenemos responsabilidad, les digo como el Ángel a los Apóstoles: “Salgan del encierro y vayan y anuncien este modo de vida”. Este modo de vida en que la luz es la que vence; este modo en que no se negocia la luz por un farolito así nomás que deja a su costado espacios de tiniebla. Anuncien este modo de vida en que la tiniebla no tiene lugar y luchen contra ese cansancio tan habitual que los caracteriza en su vocación para que cada chico y cada chica abra su corazón a la luz y no le tengan miedo a la luz aunque les pueda costar algunas dificultades.

A ustedes, chicas y chicos, simplemente les digo: Caminen por la luz, no se dejen seducir por los mercaderes de las tinieblas; abran su corazón a la luz aunque cueste. No se dejen encadenar por esas promesas que parecen de libertad y son de opresión; las promesas del gozo fatuo, las promesas de las tinieblas. Sigan adelante. El mundo es de ustedes. Vívanlo en la luz. Y vívanlo con alegría porque el que camina en la luz tiene un corazón alegre. Y esto es lo que les deseo a todos ustedes.

Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos AiresBuenos Aires, 22 de abril de 2009.