lunes, 14 de enero de 2013

de los apuntes espirtuales de Santa Rafaela María

“Divino Capitán y Salvador de mi alma: hoy 12 de octubre del año 1892, me inscribo de nuevo en tus filas para seguirte aún más cerca que hasta aquí por las penas, trabajos, humillaciones, desprecios, deshonras, malas interpretaciones, desconfianzas y todo aquello que encierra el divino estandarte de tu santísima Cruz, pidiéndote con toda humildad no desprecies mis deseos, como indigna de tanta gracia; y ya sabes tú, Rey mío, que aunque débil y cobarde, algunos esfuerzos he hecho ya por no volver la espalda al enemigo ni separarme de tu lado”.

Apuntes Espirituales de Santa Rafaela María. Ejercicios Espirituales 1892. (2ª Semana)

viernes, 4 de enero de 2013

¿Qué es entonces la belleza?

"Ciertamente que resulta más fácil experimentarla que definirla. Si me sitúo delante de una flor conozco experimentalmente su hermosura. ¿Qué diría?. Diría solamente: -Es hermosa. Un conocimiento que no es racional, sino intuitivo y por lo tanto incomunicable. La razón se le acerca, la analiza a la flor, pero lo bello de la flor se le escapa del laboratorio. Por eso le preguntamos a los que saben de estas cosas, y nos dicen que la hermosura se nos manifiesta como  cierto "esplendor", como la expresión visible del bien, de la verdad, del amor".

de "Testigos de su belleza". Ángel Rossi s.j. Diego Fares s.j.

jueves, 3 de enero de 2013

Cartas de Santa Rafaela María a sus Hermanas

Roma, enero 8 de 1893.

Paz de Cristo.

Mi amada en Cristo M. Lutgarda: comprendo muy bien lo que me dice usted de esa casa, que yo siempre la tuve sobre mi alma, y espero que ahora entrará en caja para gloria de Dios y bien de las almas. Tenga mucha paciencia, humildad y caridad con todas, muéstrele más amor a la que más se aleje de usted, y confíe en nuestro Señor, a quien de seguro se las encomendará mucho, porque nada es la criatura sin su ayuda, y tendrá la alegría de tocar el fruto de sus trabajos porque todas tienen buena voluntad.

Y también ruego y rogaré por usted y deseo no me olvide usted tampoco a mí, que tengo un gravísimo negocio entre manos, que depende el bien de muchos y es de la mayor gloria de Dios.

Aquí también se ha puesto gruta muy bonita, y lo que más la embellecía era una luz que reflejaba, sólo dentro de ella, sin verse, y aparecía como si del Niño saliese y El la ilumninase. De tal suerte que a un Padre que la vio, tanto le gustó que subió y nos dijo sobre esto una preciosísima plática. Aquí las tenemos con frecuencia admirables, que me acuerdo de usted y sobre todo en los Ejercicios, que la hubiesen sacado de muchas dudas de espíritu.

Quédese con Dios y todas, a quienes abrazo a cada una en particular, incluso a la calladita María de los Dolores y a usted que la ama en Jesús su sierva

                                                       María del Sagrado Corazón de Jesús.

                                                                  E. C. J.

A Isabelita otro día le escribirá; mucho gusto me han dado sus cartas. Piedad y Fernanda, ¿están ahora bien? ¿y Loreto?