jueves, 3 de enero de 2013

Cartas de Santa Rafaela María a sus Hermanas

Roma, enero 8 de 1893.

Paz de Cristo.

Mi amada en Cristo M. Lutgarda: comprendo muy bien lo que me dice usted de esa casa, que yo siempre la tuve sobre mi alma, y espero que ahora entrará en caja para gloria de Dios y bien de las almas. Tenga mucha paciencia, humildad y caridad con todas, muéstrele más amor a la que más se aleje de usted, y confíe en nuestro Señor, a quien de seguro se las encomendará mucho, porque nada es la criatura sin su ayuda, y tendrá la alegría de tocar el fruto de sus trabajos porque todas tienen buena voluntad.

Y también ruego y rogaré por usted y deseo no me olvide usted tampoco a mí, que tengo un gravísimo negocio entre manos, que depende el bien de muchos y es de la mayor gloria de Dios.

Aquí también se ha puesto gruta muy bonita, y lo que más la embellecía era una luz que reflejaba, sólo dentro de ella, sin verse, y aparecía como si del Niño saliese y El la ilumninase. De tal suerte que a un Padre que la vio, tanto le gustó que subió y nos dijo sobre esto una preciosísima plática. Aquí las tenemos con frecuencia admirables, que me acuerdo de usted y sobre todo en los Ejercicios, que la hubiesen sacado de muchas dudas de espíritu.

Quédese con Dios y todas, a quienes abrazo a cada una en particular, incluso a la calladita María de los Dolores y a usted que la ama en Jesús su sierva

                                                       María del Sagrado Corazón de Jesús.

                                                                  E. C. J.

A Isabelita otro día le escribirá; mucho gusto me han dado sus cartas. Piedad y Fernanda, ¿están ahora bien? ¿y Loreto?

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