lunes, 17 de mayo de 2010

Jn 16, 29-33 y Rom. 8, 31-39. Por el amor obtenemos una amplia victoria en Cristo Jesús.

  • Juan 16, 29-33 31 ¿Qué diremos frente a esto?

En aquel tiempo dijeron los discípulos a Jesús: Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios. Jesús les respondió: ¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo! yo he vencido al mundo.


  • Rom 8, 31-39.
Si Dios está de nuestra parte,
¿quién puede estar en contra nuestra?
32 El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no habrá de darnos generosamente,
junto con él, todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido?
Dios es el que justifica.
34 ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso *resucitó, y está a la *derecha de Dios e intercede por nosotros.
35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo?
¿La tribulación, o la angustia, la persecución,
el hambre, la indigencia,
el peligro, o la violencia?
36 Así está escrito:


«Por tu causa siempre nos llevan a la muerte;


¡nos tratan como a ovejas para el matadero!»


37 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
38 Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,
39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

No hay comentarios: